Ferrocarrils de la Generalitat divide una obra y elude el concurso público

Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) decidió el pasado verano que eran necesarias diversas actuaciones en los funiculares de Sant Joan y la Santa Cova, en Montserrat. Hizo los presupuestos: uno de 12.460.000 pesetas (74.886 euros) y otro de 22.340.000 (134.266 euros). En ambos casos era necesario el concurso público. No fue así. Las dos obras se dividieron en varias partes, pero todas fueron otorgadas a la misma empresa.

'Había mucha prisa y así podía otorgarse la obra a diversas empresas'. Ésta es la versión oficial del portavoz de Ferrocarrils de la Generalitat para justificar la división en varias partes de las dos obras a realizar en el funicular de Sant Joan y en el de la Santa Cova, ambos en la montaña de Montserrat.

Las obras consistían en la adecuación del caminillo que permite, en caso de avería del transporte, la evacuación de los pasajeros. Este camino se remata con unas escaleras que facilitan el acceso a las correspondientes estaciones.

La decisión de realizar esta obra se tomó en julio del pasado año y, según el portavoz de la empresa pública ferroviaria, se optó por dividir la obra para ganar tiempo. 'Si hubiéramos aplazado la obra y alguien hubiera sufrido un percance nos habrían criticado y con razón', afirmó el portavoz oficial de FGC.

Lo cierto es que la obra correspondiente al funicular de Sant Joan ascendía a 22.340.000 pesetas y la del funicular de la Santa Cova sumaba 12.460.000. Juntas o por separado superaban la cantidad de 10 millones de pesetas (60.000 euros) fijada por la legislación vigente para que la licitación y adjudicación se haga por concurso público, en aras a la transparencia en la Administración del dinero público.

Negociación

No fue así. No salieron ni juntas ni por separado. Las dos obras fueron fraccionadas en diversas partes hasta que cada una de ellas tuvo un importe inferior a los 10 millones. Y, a partir de ahí, se inició un 'concurso negociado', es decir, empezaron conversaciones con diferentes empresas para ver cuál era su oferta para realizar la obra.

'De este modo', explicó el portavoz de FGC, que declinó comentar cuánto tiempo dilata una obra el hacerla por concurso público, 'pueden trabajar simultáneamente varias empresas y así se termina antes'. Pero tampoco fue otorgada a varias empresas. Todas las obras, absolutamente todas, fueron a parar a una única empresa, Cobser, radicada en Cornellà.

Pese a las urgencias invocadas para no sacar la obra a concurso, lo cierto es que la decisión de realizar los trabajos se tomó en julio del pasado año, mientras que las conversaciones con Cobser no se produjeron antes de noviembre, según explicó a este diario un directivo de la empresa que asumió las tareas.

La misma fuente aseguró que no presentó una oferta a FGC sino que fue la empresa pública la que les fue a buscar para ver si estaban interesados en la obra. Además, añadió, sus trabajadores habían realizado el trabajo de forma intensiva y en horarios anómalos, cuando el funicular dejaba de prestar servicio. Algo muy frecuente en este tipo de obras relacionadas con sistemas de transporte de recorrido fijo.

No es la primera vez que FGC decide otorgar obras a empresas sin concurso, siempre dentro de la más estricta legalidad. Hace unos meses otorgó, también sin concurso público, las obras de reparación del puente de la línea Magòria-Manresa, por un importe de 17 millones de pesetas.