Las ejecutivas de PNV y PSE abren una vía estable para negociar la moción de Eudel
IU considera un 'grave error' el texto actual y anuncia una propuesta propia
El PNV y el PSE abrieron el pasado jueves una vía de contacto permanente entre sus ejecutivas para seguir la negociación de la moción de Eudel que debe compromter a los ayuntamientos vascos en el amparo a los concejales amenazados y en la defensa de la pluralidad municipal. El consenso en torno a esa moción está en el aire, más enrarecido aún por la perspectiva de ilegalización de Batasuna, que interfiere de modo importante en la negociación entre los partidos. Los avances han sido mínimos en los más de dos meses transcurridos desde la reunión del 22 de febrero con el lehendakari. Oficialmente, esa vía de contacto permanente abierta entre ambas ejecutivas tendrá la misión de 'ayudar' a Eudel en la búsqueda de un consenso.
El PNV ha encargado esa interlocución a Iñigo Urkullu y José Antonio Rubalkaba, ambos miembros de la ejecutiva y parlamentarios, mientras el PSE la dejará en manos de Rodolfo Ares y Dimas Sañudo, portavoz y responsable de política municipal de la ejecutiva socialista vasca respectivamente. La presencia de Urkullu es considerada por el PSE como un buen síntoma, en la línea de apertura a la negociación mostrada por Juan José Ibarretxe al líder socialista, Patxi López, sobre todo tras el fracaso de la negociación sobre el Ararteko.
Pese a todo, Urkullu acusó ayer al PSE de intentar 'lavar su imagen y su propia conciencia' al haber rechazado el actual texto. El dirigente nacionalista recordó en Sestao que su partido 'lleva demostrando desde la ruptura de alto el fuego por parte de ETA que no tiene ninguna línea de acción conjunta en la responsabilidad de las instituciones junto con Batasuna. Sin embargo, el PSE se ha podido valer de los votos de Batasuna para bloquear la acción de gobierno de PNV, EA e IU', apuntó, en alusión al bloqueo de los presupuestos a finales de 2001. El portavoz del PSE, Rodolfo Ares, replicó que la moción debe ser 'inequívoca. No es una moción que le pueda gustar a Batasuna'.
Los obstáculos con que topa la moción no son sólo de contenido, sino también de metodología, de diferentes visiones entre los partidos del Gobierno y dentro del propio PNV y, como consecuencia, de mensajes contradictorios hacia el exterior. Así, el portavoz peneuvista, Joseba Egibar, desautorizaba el mismo jueves, a la vez que sus compañeros de ejecutiva se reunían con el PSE, un pacto 'por arriba' hecho 'entre tres partidos en una habitación'. Egibar aboga por negociar el documento municipio por municipio, lo que podría abocar a resultados y textos distintos, desvirtuar el mandato del 22 de febrero -encargar a Eudel consensuar una única moción para todos los ayuntamientos- y sepultar aquel tanteo de iniciativa unitaria de Ibarretxe.
'Distintas frecuencias'
Fuentes socialistas reconocen que el proceso está 'sujeto con alfileres' y resaltan que no es la moción de Eudel el único asunto en que el Gobierno y los partidos o los grupos parlamentarios que lo apoyan 'emiten en distintas frecuencias'.
En este sentido, citan el compromiso de Ibarretxe de no convocar una consulta y la respuesta en sentido contrario de su consejero Sabin Intxaurraga (EA), lo mismo que la posición abierta que observó en él Patxi López, frente a la negativa de EA a modificar el borrador redactado por el presidente de Eudel, el peneuvista Karmelo Sáinz de la Maza. O la disonancia entre el hecho de que el portavoz del Gobierno, Josu Jon Imaz, considerase 'acertada' la propuesta socialista para ignorar en el Parlamento las iniciativas de Batasuna y la decisión posterior de los grupos del tripartito de desecharla e incluso votar con los radicales una propuesta para retirar subvenciones a Senideak o, en un pleno anterior, la moción sobre Idaho.
A la reunión del jueves asistieron también Sáinz de la Maza y el vicepresidente de Eudel, el socialista Alberto Buen Lacambra. En ella se decidió convocar para la semana próxima una reunión de la ejecutiva de la asociación municipal, en la que están presentes únicamente PNV, PP y PSE, y a que se invitará a miembros de EA e IU.
Los partidos deben exponer allí sus planteamientos, pero EA ya ha avanzado que considera 'difícil' modificar el borrador de Sáinz de la Maza, que para el PSE, en cambio, es 'inaceptable'. Este partido pidió ya la semana pasada endurecer y hacer más explícitos los términos de la moción. El PSE ha entregado ya un nuevo documento, que modifica su primer borrador e intenta incorporar parte del de Sáinz de la Maza.
IU-EB, que considera un 'grave error político' haber lanzado el actual borrador sin conseguir antes un consenso, anunció ayer que, si no se modifica, presentará un texto alternativo que recoja una 'posición clara de rechazo' a ETA, a la vez que la 'defensa de la voluntad de la sociedad vasca libre y democráticamente expresada', en palabras de su coordinador general y consejero, Javier Madrazo.
Mientras, el presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, calificó ayer la propuesta de Eudel de 'pachanga melíflua' y advirtió a los nacionalistas de que no cuenten con su formación 'en ningún tipo de documento donde sin duda no se vea la firmeza democrática, no se busque aislar a Batasuna y no se busque solidarizarse claramente' con los ediles amenazados.
La promoción de este documento, que deberá someterse a la aprobación de todos los ayuntamientos, fue una de las dos patas fundamentales de los acuerdos alcanzados el 22 de febrero. La otra fue la comisión técnica de seguridad, que debe cerrar sus acuerdos el jueves. En contraste con la celeridad con la que se puso en marcha esa comisión, el encargo a Eudel para consensuar esa moción, apenas ha avanzado.
La interferencia de la ilegalización
El aislamiento o no de Batasuna, más aún desde que se vislumbra su posible ilegalización, es en la práctica el principal obstáculo con que se topa la elaboración de la moción de Eudel. El PNV y EA, así como Izquierda Unida, mantienen una gran resistencia a todo cuanto pueda considerarse intento de aislamiento de la formación independentista. Quieren que el manifiesto municipal se comprometa en la defensa de la pluralidad y que ésta incluya la reivindicación del derecho de los radicales a presentarse a las elecciones. De otro modo, consideran, dejarían un flanco de ataque muy fácil a Batasuna, a la que se estaría marginando por su negativa a condenar atentados y amenazas al tiempo que se ignoraría su ilegalización. Las formaciones del tripartito consideran que esa decisión atentaría también contra la pluralidad municipal. Los socialistas consideran esencial que quede claro que quienes no secunden la moción no serán tenidos en cuenta a la hora de formar mayorías en los ayuntamientos. Lo mismo piensa el PP, aunque este partido se ha mantenido prácticamente al margen hasta ahora y su representante, el alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso, ni siquiera acudió a la reunión de la ejecutiva de Eudel en marzo, ni ha aportado borrador alguno. Los socialistas, dispuestos a no hacer cuestión de guerra de la terminología ni exigir que el término 'aislar' figure en el texto, sí quieren un compromiso, y se remiten a palabras del propio lehendakari Ibarretxe, de 'no gobernar ni hacer oposición' con quienes no secunden la moción. El borrador de Karmelo Sáinz de la Maza desvinculaba, por contra, el amparo a los amenazados de la constitución de los gobiernos municipales y dejaba manos libres en función de la relación de fuerzas en cada localidad. En el intercambio de reproches vuelven a salir a relucir de modo recurrente la coincidencia de la oposición con Batasuna para el bloqueo de los presupuestos de la comunidad autónoma en diciembre pasado. Socialistas y populares, por su parte, hacen valer el desenlace final y el hecho de que si el Gobierno logró aprobar sus cuentas, o al menos parte de ellas, fue gracias precisamente a los votos de los abertzales.
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