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Reportaje:

El coche que gasta sólo un litro

Una promesa cumplida, aunque sea con truco. El primer coche que gasta sólo un litro de combustible cada 100 kilómetros ya existe y ha rodado por la carretera. Ferdinand Piëch, ex patrón del grupo Volkswagen, lo ha conducido, tal y como había prometido que haría antes de retirarse de su cargo. El ingeniero alemán se desplazó desde la factoría de Wolfsburg hasta la junta de accionistas que el grupo VW celebraba en Hamburgo conduciendo el VW L1, un prototipo que necesitó tan sólo 2,1 litros en total, es decir, 0,89 litros cada 100 kilómetros, para recorrer los 230 kilómetros que separan ambas ciudades.

Soluciones experimentales

Tres años de investigación ha necesitado Volkswagen para desarrollar el L1 y conseguir un consumo inferior a un litro. Los ingenieros alemanes han trabajado sobre todo en mejorar las tres variables que inciden en el gasto de combustible: peso, aerodinámica y eficiencia del motor y la transmisión. Lo primero se ha logrado utilizando materiales especiales en el chasis, la carrocería y otros elementos (magnesio, titanio, aluminio...), e incluso prescindiendo de la pintura para rebajar peso. Además se ha diseñado un coche con forma de gota de agua, muy bajo (1,1 metros), largo (3,65 metros) y estrecho (1,25 metros) para reducir la resistencia aerodinámica. Y por último se ha montado un pequeño motor diésel de sólo un cilindro y 0.3 litros acoplado a un cambio automático inteligente que optimiza el consumo. El resultado es un coche de sólo 290 kilos y apenas 9,5 CV, capaz de alcanzar 120 km/h. y gastar menos de un litro cada 100 kilómetros.

Regalo de despedida

El VW L1 es un poco el regalo de despedida de Piëch, que entregaba el relevo como máximo responsable de Volkswagen a su sucesor, Bernd Pischetsrieder. Pero este prototipo es también el símbolo de su mandato, un periodo en el que el grupo alemán ha revolucionado el mundo del automóvil con una serie de avances como los nuevos TDi, las carrocerías de aluminio, el Lupo 3 litros o los cambios secuenciales, que han situado al Grupo Volkswagen en la vanguardia tecnológica. Y es que Piëch, además de directivo, ha sido sobre todo un ingeniero visionario que ha empujado a la empresa alemana a resolver desafíos impensables hasta hace poco tiempo. Por eso, el VW L1 es el mejor icono de su legado.

El VW L1 parece un coche burbuja como los de los concursos de consumo. Pero, al margen de su peculiar diseño, incluye los sistemas de seguridad <i>(airbag,</i> ABS y ESP) y algunas comodidades de los coches convencionales.
El VW L1 parece un coche burbuja como los de los concursos de consumo. Pero, al margen de su peculiar diseño, incluye los sistemas de seguridad (airbag, ABS y ESP) y algunas comodidades de los coches convencionales.C. BOURET

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LABORATORIO CON CUATRO RUEDAS

El VW L1 es un auténtico laboratorio con ruedas que ensaya las nuevas tecnologías que llegarán a los coches del futuro. Pero, a pesar de las declaraciones de la marca, su fabricación en serie parece poco viable. La carrocería, muy estrecha y peculiar, ofrece una aerodinámica récord (CX: 0,15), pero ha exigido colocar los dos asientos en tándem, uno detrás de otro, y habilitar el acceso levantando una puerta que hace de cúpula. Y aunque tiene un maletero de 80 litros, son soluciones poco comerciales. Sin embargo, el L1 utiliza un chasis tubular de magnesio y una carrocería plástica que apenas pesan 75 kilos y superan pruebas de choque. Y un motor diésel de aluminio con 1 cilindro, 8,5 CV y sólo 25 kilos. Estas dos innovaciones anuncian próximos avances para reducir el peso de los coches y mejorar el consumo sin perder seguridad.

EL ANTECESOR

EL VW LUPO 3 litros ha sido el antecesor del L1. Este pequeño utilitario ha servido de laboratorio para ensayar muchos de los avances que estrena ahora el L1. Para lograr reducir el consumo medio del Lupo 1.4 TDi desde 4,3 litros hasta los 2,99 del Lupo 3 litros, Volkswagen tuvo que afinar al máximo la aerodinámica, utilizar aluminio y magnesio para reducir peso, montar ruedas de bajo rozamiento y, sobre todo, mejorar la eficiencia del motor y la transmisión con soluciones electrónicas inteligentes capaces de aprovechar mejor el combustible. El Lupo 3 litros salió al mercado casi como un prototipo y se consideró más una operación de mercadotecnia que una solución para reducir el consumo. Pero este modelo, disponible en cualquier concesionario VW, ha servido también de ejemplo para demostrar que el automóvil puede ser mucho más compatible con el medio ambiente.

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