'No le comenté en ningún momento al señor Rato este asunto'

'No hace falta que lo lea, le voy a ir preguntando sobre su escrito', dijo el juez Baltasar Garzón diez minutos pasada la una de la tarde. La noche anterior, el abogado Gonzalo Rodríguez Mourullo había enviado al juzgado central de instrucción número 5 un escrito de seis folios. Era la declaración de Francisco González.

En el punto número uno, González escribió que no había mantenido reunión alguna con autoridades políticas. El juez inquirió:

-¿En algún momento le comentó al vicepresidente del Gobierno, don Rodrigo Rato, sobre las cuentas secretas?

González fue tajante:

-No le comenté en ningún momento al señor Rato este asunto. Con posterioridad a la apertura del expediente disciplinario del Banco de España hemos tenido la oportunidad de comentarlo en un acto público. Le dije: 'Menudo lío tengo'.

González explicó al juez que después de ser informado de manera general sobre la existencia de cuentas ocultas, en septiembre de 2000, mantuvo una nueva reunión a finales de diciembre con Emilio Ybarra, Luis Bastida, Ángel Cano y Mario Fernández. Allí le dijeron que en la Fundación Amelan, en Liechtenstein, había 33.850 millones de pesetas. Al terminar la reunión, Fernández, entonces director de Asuntos Legales del BBVA, le comentó, en un aparte, que de las cuentas ocultas 'se habían transferido cantidades a consejeros del BBV'.

Eso fue todo lo que le dijo. González dijo entonces a Ybarra que ese dinero también debía ser repatriado y que, para eso, informara de la situación a los consejeros beneficiarios.

El 19 de enero de 2001, casi veinte días después de aquellos episodios, González acudió con Ybarra a ver al gobernador del Banco de España, Jaime Caruana. Ybarra explicó de manera sucinta que se iban a reintegrar dos partidas, una que ya había ingresado (33.850 millones) y otra menor, próximamente (los 3.500 millones utilizados para los fondos de pensiones).

Ni Ybarra ni González dijeron al gobernador que se trataba de transferencias a consejeros. Ybarra, que había ordenado crear fondos de pensiones para compensar a los consejeros procedentes del BBV, no mencionó este asunto. González, que no conocía estos fondos, tampoco aludió a 'las cantidades transferidas a consejeros', que veinte días antes le había confiado Mario Fernández.

Del escrito y la declaración de González se deduce que sólo supo que la operación de constitución de los fondos de pensiones sólo fue conocida por él en octubre de 2001. El 19 de octubre de 2001, el director general de Supervisión del Banco de España, Pedro Pablo Villasante, envió un requerimiento al BBVA preguntando por trece puntos oscuros de un informe que el banco había elevado el 18 de septiembre al banco central. Uno de ellos eran los fondos de pensiones contratados con American Life & Co (Alico).

Al debatir la respuesta, según González, surgieron 'discrepancias con Emilio Ybarra sobre el grado de detalle que había de proporcionarse sobre las transferencias a Alico'. Según la versión de González, Ybarra sostuvo que debía informarse al Banco de España 'que los fondos transferidos a consejeros de BBV lo habían sido para facilitar una posible toma de posición de [la entidad mexicana] Bancomer'. Aquí González no se reprimió. 'Ante mi insistencia en la falta de verosimilitud de tal versión, Ybarra contestó que yo no podía saber cuál había sido la finalidad de actos en los que no había participado y sobre los que no tenía ninguna documentación'. Según González, él no supo la versión completa de los fondos de pensiones, esto es con cantidades individualizadas, hasta el 21 de marzo de 2002, cuando se le entregó el informe de la inspección, tras la apertura del expediente disciplinario.

La versión de las fechas que ha dado González llama la atención. Porque el gobernador Caruana consiguió de Ybarra el nombre de los beneficiarios el 5 de diciembre de 2001 y pidió las cantidades al propio González en enero de 2002, cuando era el único presidente del banco, petición que fue cumplimentada por los hombres de González días después.

González subraya que en cierto momento se enteró de que Ybarra introdujo, sin consultarle, a José Pérez, director general de Auditoría Interna (y ex director de Inspección del Banco de España), en los trabajos de reconstrucción documental de la trama exterior. También afirma que Pérez y Mario Fernández prepararon el material para las carta de confesión que los dos presidentes enviaron el 14 de noviembre al Banco de España.