El Congreso, entre dos fuegos
El Ejecutivo argentino encabezado por el presidente Eduardo Duhalde sigue cargando a la mochila del Congreso todas las piedras que encuentra en el camino. Después de manipular sin saber qué hacer esa 'bomba de tiempo activada', como llamó al corralito que imponía restricciones al retiro de fondos, cerró los bancos ante la inminente quiebra del sistema financiero y se la arrojó por la ventana al Parlamento para que apruebe en dos días el canje de dinero por bonos.
Esta medida había sido rechazada por Duhalde al comienzo de su mandato en enero porque no quería recurrir entonces al mismo Plan Bonex impuesto por decreto del entonces presidente Carlos Menem, su más encarnizado rival, en enero de 1990.
La situación, no obstante, ya no es la misma que hace poco más de tres meses. La coalición parlamentaria de radicales y peronistas de la provincia de Buenos Aires que eligió y sostuvo a Duhalde, se desgaja cada día. Los radicales, superada ya la depresión tras la renuncia del presidente Fernando De la Rúa en diciembre y del fracaso de la Alianza que integraban con los socialistas y peronistas disidentes integrados en el Frepaso (Frente para un País Solidario), se preguntan ahora qué sentido tiene seguir apoyando a un gobierno que cambia cada día de planes y de opinión. Los peronistas tampoco son incondicionales porque responden a los intereses de sus gobernadores. Además, en conversaciones fuera de registro, admiten que están 'hartos' de legislar bajo presión.
Oposición
El influyente senador radical Rodolfo Terragno ya adelantó que votará en contra del proyecto enviado por el Ejecutivo. Y advierte: 'No podemos seguir legislando bajo amenazas. Para salir de la crisis hace falta seriedad, responsabilidad. Si esto se transforma en bonos para blindar el resto del corralito, para que no goteen cuentas corrientes ni cajas de ahorro, cada vez nos hundimos más en un razonamiento equivocado'.
Alberto Natale y la mayoría de los diputados que integran el grupo Interfederal también se oponen. A ellos se suman los representantes de la Alternativa para una República de Iguales (ARI) y la izquierda. El Ejecutivo sólo puede contar seguro con parte de su propia fuerza, basada en los diputados y senadores que representan a la provincia de Buenos Aires. Los ahorradores afectados se convocaron ayer por la tarde en la llamada City financiera para protestar como de costumbre ante las casas matrices de los bancos, blindadas por fuera con cercos de metal y protegidas por la policía.
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