Andalucía carece aún de un 20% de plazas escolares para atender a niños de 3 años
221.356 alumnos asisten cada día a aulas de infantil pese a ser una educación no obligatoria
Casi 70.000 niños andaluces de tres años se escolarizarán por primera vez el próximo curso 2002-03. La administración educativa garantiza que el 100% de los niños de 4 y 5 años cuenten con una plaza escolar en un centro público, porcentaje que en el caso de los tres años se queda en casi el 80%.
El colegio comienza cada vez más temprano. Si bien la educación obligatoria comienza a los seis años, la educación infantil, de carácter voluntario, es cada vez más demandada. 221.356 niños andaluces de entre tres y cinco años acuden cada día a la escuela. Allí, en horario similar a sus compañeros de primaria, tendrán sus primeros contactos con la lectura, escritura y cálculo. Todos los niños de 4 y 5 años que la solicitan consiguen una plaza escolar. Sin embargo, no todos los niños de 3 años que quieren ir al colegio lo consiguen: sólo hay plazas para el 79,86% de quienes lo solicitan.
En España, la oferta para esta edad alcanza ya el 93,9%. El compromiso del PSOE andaluz para esta legislatura es ofrecer una plaza escolar a todos los niños de 3 años que quieran empezar desde muy pronto su aventura escolar.
Las dificultades para hacer convivir la jornada laboral de los padres con el cuidado de los niños en casa y la certeza de que cuanto antes comience el aprendizaje de los niños en la escuela mejor será para ellos ha hecho que la demanda de plazas en este tramo de educación no obligatoria se dispare. Así lo ha hecho también la oferta. Hace 10 años, sólo había plazas para uno de cada 10 niños de tres años; este curso, ocho de cada 10 tienen un pupitre escolar asegurado.
Los especialistas en educación infantil se muestran moderadamente satisfechos de su situación. En general, hay coincidencia en que las inversiones van más o menos parejas a las necesidades y de cada año se avanza un poco más. Las dos principales quejas del colectivo se refieren a la necesidad de personal de apoyo y a la conveniencia de un menor número de alumnos por aula.
Monitores
Una profesora de infantil del colegio público Tierno Galván de Granada lo explica: 'Muchos de los niños pequeños aún tienen problemas para controlar los esfínteres. Tenemos 25 niños en la clase de tres años. Cuando uno quiere ir al baño, lo que ocurre cada poco tiempo, ¿qué haces?. Ahí te vuelves loco, con un ojo en el que va al baño y otro en el resto del grupo'. Esta profesora reconoce, además, que cuando la situación se sale de control y 'el niño se pone perdido, no tengo más remedio que llamar a la madre y que sea ella quien cambie al niño. Hasta ahí no llega mi cometido'.
Para estos momentos, los profesores de infantil reclaman desde hace tiempo la figura de los monitores, especialistas en puericultura con los que compartir, por ejemplo, estas situaciones de crisis. La otra petición, compartida por el gremio de profesores, es que los 25 alumnos de media por clase disminuya sensiblemente. La respuesta de la administración es diferente a estas dos demandas.
Frente a la petición de monitores, que se arrastra desde hace tiempo, la Junta se muestra inflexible 'por el momento'. Manuel Alcaide, director general de planificación y ordenación educativa de la Junta, recuerda que este tramo 'es educativo y tiene que haber docentes a cargo y no otro tipo de profesionales'. 'En nuestras previsiones no está el contratar monitores. Reconocemos que a los profesores les falta a veces un poco de tiempo para preparar la clase, el material,... por eso pensamos aumentar el número de profesores de apoyo y hacer que los profesores de apoyo de primaria también colaboren en la educación infantil'.
Alcaide es más receptivo, sin embargo, en lo referente al número de alumnos por clase. 'En los próximos tres años bajaremos a 20 el número máximo de niños en clases de 3 años. En las clases mixtas sí implantaremos desde el próximo curso un máximo de 15 niños por profesor', asegura el director general. De los más de 220.000 estudiantes de 3 a 6 años que visitan voluntariamente las aulas andaluzas cada día, casi el 70% lo hace en una escuela pública; el resto, lo hace en escuelas públicas privadas o concertadas. En este periodo educativo, privado y concertado viene a ser prácticamente lo mismo ya que, al ser un periodo educativo voluntario no es subvencionado por la Junta. La política de la Junta es, según Alcaide, 'no concertar la educación infantil; sólo lo hacemos con algunos centros con los que ya se concertaba antes de la implantación de la LOGSE'.
¿Qué aprenden tan pequeños?
El primer día no es fácil para nadie en ningún sitio; ni en el trabajo ni en las escuela. Para un niño de tres años, el primer día de colegio es un trago difícil de digerir. Hay que decir adiós hasta no se sabe cuando a la mamá o papá y a la casa, de la que apenas se han separado desde el nacimiento, y se quedan en un sitio y con una gente que no ha visto en su vida. En el colegio público Tierno Galván se organizan para minimizar los efectos dramáticos de estos primeros días. Las dos primeras semanas, los estudiantes (que aún no saben que tienen por delante entre 10 y 20 años esa misma rutina de levantarse, coger los libros y acudir al colegio, instituto o facultad) acuden en grupos de 5 y en jornada reducida para que profesores y alumnos se vayan conociendo. Así, en dos o tres semanas, los llantos van quedando atrás y comienza a gustarles el colegio y sus compañeros. La primera enseñanza, dice una profesora de infantil, es 'que aprendan a estar sentados, en silencio, a respetar el material...'. En otras palabras, que aprendan a convivir en grupo. A partir de ahí, comienza la parte verdaderamente dura: hay que hacerse con los números, con conceptos como lejos-cerca o grande-pequeño, saber que el sol sale mucho más en verano que en invierno,... También se aprovecha esta edad para inculcar, a través de dibujos y cuentos, una buena educación medioambiental y cívica. Esto, sin duda, es un adelanto para cuando llega la educación obligatoria. 'La diferencia entre quienes acuden a la escuela por primera vez a los seis años y quienes llegan a primaria después de haber pasado años en el colegio es abismal', reconoce esta docente. Esta misma profesora resalta otra enseñanza olvidada años atrás: 'Ahora insistimos a los padres para que los niños vengan bien desayunados y no traigan bollería industrial. Deben traer zumos, batidos o bocadillos'. A la hora del recreo se confirma que no corren buenos tiempos para la bollería industrial.
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