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Reportaje:TAMPOCO FRANCIA ES YA LO QUE ERA

La California francesa

Durante siglos, el sur francés, su costa mediterránea, fue una región pobre. El papado aviñonés, el Parlamento en Aix, la vitalidad comercial de Marsella, el atractivo turístico de Niza o el gran puerto militar de Toulon eran elementos económico-históricos dispersos, que no encajaban; excepciones en una región deprimida, principal proveedora de gendarmes, junto con Córcega, de la joven República.

Marie-Jose Roig -pronúnciese Ruac, a la francesa- es la alcaldesa de Aviñón. Ella es de Perpiñán y su familia procede de Olot. Está cumpliendo su segundo mandato municipal, y su ciudad fue la elegida por el presidente Jacques Chirac para desvelar el secreto a voces de su candidatura. Roig simboliza el sur que toma su revancha, que se puebla mientras se vacía el norte, que empieza a reivindicar sus raíces y a desacomplejarse. Con ella, el sur también existe.

El sur toma su revancha, se puebla mientras se vacía el norte, empieza a reivindicar sus raíces y a desacomplejarse. El sur también existe

Fuente de trabajo

'Hasta hace muy poco, toda la Provenza tenía el atractivo del turismo cultural, pero desde hace unos años también somos un destino para quienes buscan trabajo. Nuestra preocupación, al menos la de mi Ayuntamiento', dice Roig, 'es la de desarrollar de manera ordenada una oferta industrial no contaminante, atraer las sedes de grandes sociedades. De momento se ha instalado en Aviñón la dirección de una división de Cementos Lafargue, y también de Ducros Europe, ligada al grupo McCormick. Tenemos aeropuerto y estación del Tren de Gran Velocidad (TGV), que nos sitúa a 2 horas y 36 minutos de París. Es una oferta de suficiente calidad como para poder escoger a qué industrias autorizamos la implantación'.

La situación de su ciudad se le antoja privilegiada y peligrosa a la vez. 'Estamos dentro del arco mediterráneo que va desde Barcelona hasta Milán y en el punto que se cruza con el eje Norte-Sur. Es un lugar de paso, pero la rapidez de las comunicaciones modernas -autopistas y TGV- también puede hacer que nos puenteen. Por ejemplo, que Lyón y Marsella, que están a una hora de TGV, lleguen a acuerdos sin tenernos en cuenta, que mi ciudad se transforme en dormitorio de Marsella. Por eso es importante atraer a profesionales que buscan calidad de vida -sol, servicios, cultura, comodidad- al tiempo que buenas infraestructuras. Hay que buscar la complementariedad, no la rivalidad, máxime con ciudades que son más de diez veces mayores que Aviñón. Por ejemplo, espero que logremos que se instale aquí un centro de formación de nivel europeo que centralice parte de los 40.000 millones que cada año se gastan las empresas'. Aviñón pecha con un pasado glorioso que le ha dejado el patrimonio arquitectónico más importante de Europa si contamos el número de monumentos por habitante. 'Y eso es muy caro de mantener', admite la alcaldesa.

Un festival internacional de teatro, un gigantesco palacio papal y decenas de iglesias y claustros dentro de un recinto amurallado de más de cuatro kilómetros: ésa es la imagen canónica de Aviñón, una localidad de menos de 100.000 habitantes, pero con importantes problemas de alojamiento, parecidos a los que encuentran muchas ciudades de ese sur que crece. 'En los años cincuenta vivían dentro de las murallas 32.000 personas, pero hoy son menos de 12.000. La gente quiere una casa con jardín, aprovechar un clima privilegiado. Quiero atraer a los estudiantes hacia los pisos deshabitados del centro y así rejuvenecerlo. Las ciudades vacías, sólo comerciales, crean problemas de seguridad muy graves'.

Pero el sur, la Provenza, es también el sueño de muchos extranjeros. 'El número de italianos, suizos, nórdicos, belgas o británicos que se instalan entre nosotros es importante'. Muchos de esos extranjeros buscan una segunda residencia, pero otros su nuevo domicilio. 'Son los jóvenes jubilados, gente que tiene un mayor poder de consumo que las parejas jóvenes y que representa un menor gasto público al no requerir guarderías, escuelas e institutos'.

Auge de la extrema derecha

La extrema derecha encuentra terreno abonado a sus tesis en una zona de importante población magrebí. 'Los pied-noirs [antiguos colonos de Argelia] y los harkis [argelinos que servían bajo la bandera francesa] están bien integrados, aunque el drama de estos últimos no esté resuelto. Los hijos y los nietos de los inmigrantes han topado con la crisis económica, de la familia y de los sindicatos. La escuela no puede resolver todos los problemas, y a las familias, a veces, a base de exigirlas que se adapten a nuestro modelo europeo, las privamos del referente de la autoridad paterna. Son los emigrantes y sus hijos, son las familias pobres, las principales víctimas de la delincuencia. Las madres magrebíes vienen a pedirnos más firmeza.'

La delincuencia de 'cuello blanco'

La región PACA (Provenza-Alpes-Costa Azul) tiene 43.698 kilómetros cuadrados, playas fantásticas y pistas de esquí, y un importante patrimonio monumental; cuenta con una población de más de 5,5 millones de personas y con la renta per cápita más alta de Francia después de París capital. El paraíso en tierra, si no fuese porque 'en ese contexto geográfico y jurídico atractivo se ha desarrollado, localmente, una somnolencia política e institucional que garantiza a los delincuentes una tranquilidad inadmisible'. La frase procede de un informe parlamentario. La famosa Costa Azul pasa hoy por ser una de las regiones preferidas de la no menos famosa mafia rusa, que, de manera anónima y legal, puede adquirir fincas cuyos precios oscilan entre 7 y 60 millones de euros, pagando en efectivo e inyectando así en el circuito dinero que proviene del delito. El citado informe parlamentario -250 páginas redactadas después de más de 900 entrevistas- revela las conexiones entre el mundo del crimen y los de la política y la justicia en ese sur supuestamente idílico. De 3.761 casos investigados, sólo un 6% (226) han llegado a manos de la acusación pública, que, por su parte, sólo ha abierto diligencias en 14 casos. De ahí que no sea exagerado afirmar que sólo se identifica el blanqueo del 0,5% del dinero procedente del crimen. El fiscal de Niza ha denunciado públicamente el papel que desempeña la masonería en los circuitos de protección de los delincuentes, el cómo ciertos jueces logran permanecer durante más de treinta años al sol entre Marsella, Aix y Toulon a base de ralentizar ciertas instrucciones penales, de reclamar siempre suplementos de información o de exigir la división del dossier en diversas causas. El director de los servicios fiscales de los Alpes Marítimos cuenta cómo le ofrecieron 800.000 euros para que se olvidase de un control fiscal, mientras los cinco funcionarios que estudian los 5.000 contratos anuales de trabajos públicos de Marsella y alrededores confiesan su impotencia ante un magma de papel. La campaña presidencial está teniendo, en el centro del debate, la lucha contra la delincuencia, pero entendida ésta como el robo de teléfonos móviles, los atracos de farmacias o la violencia escolar. Los delincuentes de cuello blanco, de descapotable y suite en los palaces, duerme tranquila.

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