El ex rey Zahir Shah vuelve a Afganistán tras 29 años de exilio
Karzai: 'Esperamos que su llegada traiga más estabilidad'
Delegaciones llegadas de todo Afganistán, portando flores y fotografías del depuesto monarca, acudieron ayer al aeropuerto de Kabul a dar la bienvenida a Zahir Shah, quien descendió del avión con lágrimas en los ojos después de 29 años de exilio. 'Es el día más feliz de mi vida', dijo el ex rey en su primer mensaje a la nación, difundido a través del servicio en pastún (la lengua que habla la mayor parte de esta etnia) de la cadena británica BBC.
Zahir Shah, un pastún de 87 años, que reinó en Afganistán 40 años hasta que su primo le usurpó el trono en 1973 mientras el monarca disfrutaba de unas vacaciones en Italia, volvió como un ciudadano de a pie, pero se comprometió a servir a su país y hacer todo lo que esté en su mano para pacificar esta nación desgarrada por más de dos décadas de guerra.
La vuelta de Zahir Shah coincidió con las noticias de que un caza F-16 de Estados Unidos bombardeó por equivocación a un grupo de militares canadienses, de los que cuatro resultaron muertos y otros ocho heridos. El accidente ocurrió durante un entrenamiento rutinario cerca de la sureña ciudad de Kandahar. Un portavoz norteamericano indicó que al menos uno de los pilotos del escuadrón de F-16 confundió el fuego de las maniobras con fuego hostil. Pidió autorización para responder al supuesto tiroteo y la obtuvo.
Detrás de Zahir Shah, descendió del avión el primer ministro interino, Hamid Karzai, quien se había desplazado hasta Roma para acompañar al monarca en su histórico regreso. También hicieron el viaje seis ministros de su Gabinete. 'Era necesario que viniera, hemos pasado 23 años de combates y necesitamos la paz. Todos queremos que esté aquí', comentó un miembro de la recién creada guardia de honor que aguardaba al ex rey, recibido con una larga alfombra roja.
Líderes tribales y de los consejos de ancianos besaron a Zahir Shah antes de que el cortejo de coches blindados se dirigiera hacia un barrio residencial del centro de Kabul en el que hay muchas embajadas. En esa zona le ha sido preparado un chalé como su nueva residencia, al lado de la del jefe de la Misión de la ONU de Asistencia a Afganistán (Unama), Lajdar Brahimi, quien acudió al aeropuerto junto al cuerpo diplomático en pleno para recibir al anciano dirigente, que aseguró que no tiene intención de volver a salir de Afganistán.
El regreso del ex monarca está marcado por fuertes medidas de seguridad debido a la inestabilidad aún reinante. Ayer mismo, hizo explosión una bomba en un mercado de la sureña ciudad de Jost, que causó la muerte de tres personas. Fuerzas de seguridad italianas, afganas y miembros de fuerza internacional de seguridad (ISAF) forman parte del dispositivo para protegerle.
'Esperamos que su llegada traiga más estabilidad, prosperidad, desarrollo económico y bienestar social a Afganistán', dijo Karzai, quien como otros muchos afganos confía en que la figura de Zahir Shah sea un elemento de unificación de las distintas etnias y tribus que conforman el mosaico afgano.
Según los acuerdos alcanzados en Bonn a principios de diciembre, en una conferencia de dirigentes afganos patrocinada por la ONU, es el rey, como 'figura respetada por todos los afganos', quien debe inaugurar la Loya Jirga (Gran Asamblea) que se celebrará en Kabul entre el 10 y el 16 de junio próximo. Esta Loya Jirga, en la que participarán 1.501 representantes de todas las tribus, municipios y sectores sociales del país, tiene que decidir la composición de un Gobierno de transición, con un mandato de dos años, que sustituirá a la actual administración interina y que tendrá que convocar elecciones generales en 2004.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.