Nuevos defensores de víctimas
Tienen una idea muy clara: 'No somos los malos de la película, como pretenden mostrar en el cine. Nuestro trabajo no es defender al delincuente, sino a las víctimas, a los ciudadanos que no pueden defenderse'. Son personas jóvenes, de entre 26 y 32 años, con cierto aire idealista, una actitud muy profesional y ganas de entrar en acción. Son los 20 nuevos fiscales que el pasado viernes tomaron posesión de sus cargos en la sede del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
Ocuparán sus puestos en Cádiz, Huelva, Marbella, Málaga, Ceuta y Melilla. Ya intuyen qué tipo de problemas pueden encontrarse. 'En Algeciras, a donde voy yo', dice Marcial Pérez, de 30 años, natural de Torremocha, en Cáceres, 'será sobre todo narcotráfico y problemas de extranjería. Y creo que allí hay mucho trabajo'.
Llama la atención la mayoría de mujeres sobre hombres a la hora de acceder a una plaza de fiscal. En el acto del pasado viernes, 13 de los nuevos fiscales eran mujeres y sólo siete eran hombres. 'Y eso no es nada. En nuestra promoción eran 60 mujeres frente a 31 hombres', añade.
Parecen conocer los problemas con los que se enfrentarán en sus primeros destinos. 'Falta de medios', asegura Yolanda Ortiz, de 29 años. 'Es lo que tal vez nos encontremos. Yo sé que en Madrid están mucho más hacinados que aquí', dice.
Con ellos coincide el fiscal jefe del TSJA, Jesús García Calderón, un hombre afable y abierto, que el viernes, tras citar a Gabriel Celaya y a la poesía como 'arma cargada de futuro', dijo que el rasgo esencial de su labor es la imparcialidad. Luego aconsejó a los nuevos fiscales 'no tener miedo al desacuerdo' en el trabajo.
García Calderón cree que el desafío de los fiscales jóvenes será atender la nueva dimensión que se le da a la víctima. 'Su reto es mirar mucho hacia las víctimas, dar las respuestas que reclama la sociedad'. Y subraya: 'La fiscalía debe defender el interés social, no sólo el carácter causatorio'.
Para otro de los nuevos fiscales, Jorge Muñoz, de 28 años, una de las cosas que deben superar en el comienzo de sus carreras es una aplicación estricta de la ley: 'Deberemos ir aprendiendo a tener mano izquierda y alcanzar una lógica, matizar la aplicación de esa ley'. Muñoz señala que tendrán que saber distinguir entre el delincuente 'puramente circunstancial' del 'nocivo para la sociedad'. Imparcialidad y necesidad de defender los intereses de la víctima son los rasgos comunes que todos los nuevos fiscales defienden. Luego, en asuntos como ideología o aficiones, todos presentan un carácter variopinto. 'Somos el reflejo de la sociedad, hay fiscales de derechas y de izquierdas y otros que no son de nada', cuenta Marcial Pérez. Otro joven, César T., lo confirma y comenta que su afición es tocar flamenco con la guitarra.
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