La familia hallada muerta en Chamartín se asfixió al poco de iniciarse el incendio
La policía analiza un vídeo donde se ve entrar y salir del portal a un grupo antes del fuego
La familia muerta en el incendio de un inmueble del paseo de La Habana (Chamartín) el pasado jueves falleció poco después de iniciarse las llamas, según se desprende del informe definitivo de los bomberos de Madrid, que hacen frente así a las críticas sobre su actuación en este caso. La investigación ha determinado que los bomberos comprobaron puerta por puerta las viviendas y que, al llegar al ático, donde vivía la familia Saavedra-Castaño, no obtuvieron respuesta, por lo que dedujeron que no había nadie. Los cadáveres fueron hallados a las seis horas de apagarse las llamas.
'Se considera que los tres miembros de esa familia estaban ya muertos cuando llegaron los primeros bomberos a llamar a dicha vivienda', concluye el documento, que consta de 74 páginas. El PSOE había criticado el hecho de que los cadáveres hubieran sido hallados horas después de extinguido el incendio, y había sugerido que la familia podría haber sobrevivido si los bomberos hubieran comprobado bien todas las puertas.
Las investigaciones de los bomberos apuntan a que el incendio empezó en un pequeño mueble de madera del chiscón del conserje, donde está la centralita de los porteros automáticos. 'El presidente de la comunidad de vecinos nos confirma que estaban realizando reformas en la instalación eléctrica por problemas de seguridad, y concretamente en la zona del conserje', recoge el documento.
Sin embargo, la policía está analizando una grabación, efectuada por las cámaras de una entidad próxima, en la que se ve a un grupo de personas entrando en el portal del inmueble siniestrado, el número 20 del paseo, y cómo salen posteriormente corriendo, según informó anoche el programa Sucedió en Madrid de Telemadrid. Este episodio se produjo antes de que se desencadenara el incendio, lo que ha suscitado las sospechas policiales.
El incendio se inició el jueves a las 3.35, en el número 20 del paseo de La Habana. Las llamas se propagaron con gran rapidez, ya que el portal y los descansillos estaban forrados de madera. Una gran humareda y enormes llamas tomaron el edificio. Hasta el lugar se desplazaron 67 bomberos, que tuvieron que rescatar a una veintena de moradores. Jesús Álamo Rejas, un vecino de 55 años, murió cuando intentaba llegar a la calle bajando por la caja de escalera.
Pero la sorpresa llegó a las 11.30, seis horas después de extinguido el fuego, cuando un vecino alertó de que la familia formada por Ramón Saavedra Herrero, de 71 años; su esposa, Concepción Castaño, de 67, y el hijo de ambos, Luis, de 40, no habían salido de su domicilio (el ático interior). Un inspector del Cuerpo Nacional de Policía solicitó que volvieran los bomberos. Éstos bajaron desde la azotea y, al entrar en el piso, descubrieron que la familia y su perro Woody estaban muertos en el vestíbulo.
El informe recoge que los bomberos se centraron en la escalera exterior del edificio (la que da al paseo de La Habana) porque allí se registraban las llamas más fuertes, que provocaron momentos de pánico: 'Los ocupantes de las viviendas de esta escalera están todos en sus balcones pidiendo auxilio, generándose una situación dramática, ya que no pueden ser evacuados por la escalera. Se procede entonces, por medio de las escalas que se han emplazado en la vía pública, a ir rescatando a todas las personas', reza el informe.
'No existía riesgo'
El jefe de guardia reconoce la escalera interior 'a lo largo de todo su recorrido', comprobando que sólo había sido afectada por el humo. La intensidad de éste decrecía, además, según iba subiendo las plantas. 'El jefe de guardia llama puerta por puerta y se interesa por el estado de los ocupantes, hablando con ellos, tranquilizándoles y recomendándoles que permanecieran en su interior, ya que no existía ningún riesgo en dicha situación , asegura el texto. 'Nadie contestó en el ático interior', precisa.
Los bomberos inician una segunda inspección tras controlar el incendio, con la orden de derribar las puertas de la escalera exterior en las que no recibieran respuesta. Esta circunstancia no es extensiva a la escalera interior: 'Aquí se establece comunicación personal con sus ocupantes otra vez, ofreciéndoles la posibilidad de evacuarlos al exterior, extremo que sólo una persona desea' y 'de esta forma se llega a la conclusión de que no existen personas sin control en sus viviendas', agrega el documento.
Al ser hallados, los cadáveres de los Saavedra-Castaño 'presentan señales, en la comisura de los labios y en las fosas nasales, de haber respirado humo, pero ni sus cuerpos ni sus ropas están ennegrecidas, de lo que se deduce que su muerte se ha producido probablemente por envenenamiento al inhalar las sustancias químicas presentes en el humo'.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.