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Reportaje:Liga ACB | BALONCESTO

El mundo al revés de Fuenlabrada

El club con el presupuesto más bajo aspira a entrar en la lucha por el título

Fuenlabrada es como un poblado del Oeste. Todo queda a la derecha o la izquierda de una calle principal que se pierde en el horizonte. A la derecha está el pabellón Fernando Martín; a la izquierda, la fábrica de jabones Pardo. Un binomio que ha conducido al equipo a su mejor racha en sus cinco años como equipo ACB: sexto en la Liga a falta de cinco jornadas a pesar de su fuerte derrota de ayer, en Malaga, ante el Unicaja.

Uno de sus jugadores, José Manuel Calderón, es la sensación del campeonato y su nombre suena para el olimpo de la NBA. Su técnico, Óscar Quintana (Torrelavega, Cantabria, 1967), es más joven que algunos de sus jugadores. Wood, su norteamericano, frisa la cuarentena y se comporta en la cancha 'como un chaval', en opinión del artillero, el máximo anotador de la Liga, el croata Perasovic. Fran Murcia, antes un habitual de la prensa rosa por su matrimonio con Lara Dibildos, se recupera, a sus 31 años, para el baloncesto en este club. Todos viven en pisos de esta localidad de la periferia de Madrid. ¿Cuál es el secreto de un club con tres millones de euros de presupuesto, el más bajo de su categoría?

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'No hay claves, pero a la gente le gusta encontrar razones ocultas a lo anormal'. A Perasovic (Split, 1967), cuatro veces máximo anotador de la Liga, le gusta ser claro. Quintana, el técnico, sí encuentra una respuesta al enigma: 'La suerte. En un equipo pequeño es fundamental la fortuna'. Para Cazorla, un escolta trabajador, la clave está en 'el buen rollo'. Perasovic corta de raíz cualquier teoría romántica: 'En Fuenlabrada mucha gente no se entera. Mis vecinos piensan que soy un extranjero alto'. Sin embargo, Quintana sí concede importancia a la ciudad y asegura que 'la base social es fantástica. El Sur de Madrid ha cambiado. Ya no son ciudades dormitorio'.

Y Quintana debe de saber de lo que habla: vive en esta ciudad desde 1994. 'Vine a trabajar en el Boletín Oficial del Estado para actualizar unos datos jurídicos en CD ROM'. Hasta entonces había entrenado 'para tener pelillas los fines de semana'. Pero después tuvo la oportunidad de dirigir al Fuenlabrada en la Liga LEB. 'La gente decía que le habían dado un fórmula 1 a un novato con la L pegada al coche'. Para Perasovic, ese conductor 'ha mejorado más que los jugadores'. 'Yo he ido creciendo ante retos', dice Quintana .

'El Jabones Pardo es el primer equipo de Fuenla, no el tercero de Madrid', reivindica, jocoso, el preparador, que niega que su situación sea como la del Rayo Vallecano, cuyos seguidores lo son al mismo tiempo de otro equipo: 'No tenemos el complejo de Calimero'. Y Quintana atipla la voz y dice con tono agudo: 'Nadie me quiere, nadie me quiere', recordando a Calimero, un pingüino de dibujos animados falto de amor.

El pasado miércoles, la plantilla se fue al Bernabéu a ver el choque de la Liga de Campeones entre el Madrid y el Bayern. Hoy quizá esté en el cine. O tomando un pincho en algún bar. Seguramente, como dice Perasovic, les reconozca poco gente, aunque no debe de ser común encontrarse a doce tipos de más de dos metros tomando una caña. O quizá, en Fuenlabrada, sí.

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