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La pelea testamentaria

La última voluntad de Elisa, imprecisa en su localización y clarísima en su destino, anula un testamento anterior, que beneficiaba a pobres de A Coruña y a parientes directos pero lejanos. En su escrito de noviembre de 2001, pide que se emplee en obras benéficas 'pero todo, todo, para los pobres'. Pero no especifica para quiénes ni dónde. Esta inconcreción obliga a recurrir al Código Civil (aprobado en 1889) que establece que corresponde a los pobres de la población donde figuraba 'el domicilio del testador en la época de su muerte' y a una comisión benéfica, integrada por el alcalde, el cura y el juez, decidir el destino.

Borja Mauduit tiene claro que debe distribuirse entre gente sin recursos de Sevilla, el lugar donde residió la mayoría de su vida y donde está enterrada, a pesar de que su fallecimiento le sobrevino en una residencia de Bormujos. 'Estaba allí porque el centro tenía UCI, pero llevaba mes y medio', dice. Sin embargo, el alcalde de Bormujos, Baldomero Gaviño, defiende el 'interés legítimo' de su municipio. 'Con lo que conocemos hay una clarísima expectativa de derecho porque su domicilio permanente era Bormujos', aduce.

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Por el contrario, el presidente de Cáritas en A Coruña, José Luis Souza, explicó que no batallarán por la herencia: 'Los pobres son igual de pobres aquí que allá'. A Souza le parecería justo sin embargo que se distribuyera entre ambas ciudades la fortuna de Elisa Vázquez.

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