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Crítica:HOMENAJE A RIQUENI
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una gran familia de flamencos

Segundo y último día del homenaje al guitarrista Riqueni, con otro lleno absoluto en el teatro del Ateneo Cultural Primero de Mayo de Comisiones Obreras. Muy alto nivel artístico también, con actuaciones, entre otros muchos, de Carmen Linares, Gerardo Núñez, Javier Barón, El Güito, Jerónimo Maya, El Yunque, Diego el Cigala, Niño Josele, Cepillo, Pablo Martín... Todos ellos, como quienes figuraron en el programa de la noche anterior, fueron compañeros de trabajo de Riqueni en algún momento de sus carreras, y expresaron con profundo sentimiento sus propias sensaciones ante la situación del amigo.

El hecho en sí de que el nombre de Riqueni -retirado prematuramente de la profesión por una grave psicopatía- haya concitado tal muestra de solidaridad y afecto es una expresión admirable del respeto y la estima que se tiene hacia el gran guitarrista. Ya lo dijo Carmen Linares, dirigiéndose a la familia de él, presente en la sala, que la tendrían siempre a su disposición para lo que hiciera falta, porque el flamenco es una gran familia que responde con su arte al dolor y la desgracia de quienes forman parte de ella.

Con mucho arte respondieron, efectivamente, los que integraron anteanoche el cartel de la segunda velada del homenaje. Nadie fue allí a cumplir un trámite, sino que todos hicieron sus interpretaciones con el rigor y la profesionalidad que hubieran asumido en un compromiso de la máxima responsabilidad. De hecho, Linares, Núñez y Barón, con sus acompañantes, a quienes vimos no hace mucho en el Teatro Real de Madrid, emularon sin ningún menoscabo aquella actuación.

Riqueni es un músico genial que el arte flamenco no debe resignarse a perder. Es también un ser humano fundamentalmente bueno, con capacidad de ternura, sensible, demasiado frágil seguramente para asumir indemne una vida que con él ha sido particularmente cruel. Ahora sólo cabe esperar que esto que hemos vivido en Madrid sirva de alguna manera para ayudar a Rafael a salir del pozo.

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