Miquel Gil captura la esencia del canto mediterráneo
Después de casi un cuarto de siglo de compromiso musical con los sonidos de raíz, el valenciano Miquel Gil asume con humor que se le esté viendo estos días como una revelación en el panorama folclórico. Conocido por sus años de vocalista en Al Tall, y algo menos por el grupo Terminal Sur, su segundo trabajo en solitario resalta como una de las sorpresas de la temporada. Lleva por título Orgànic y constituye un homenaje al canto libre mediterráneo.
'Durante mucho tiempo pensé que a la gente le sonaría tosco, extraño, pero sucede justo al contrario', argumenta el cantante y compositor. El resultado es un disco 'profundamente orgánico', pletórico en cuanto a percusiones y cuerda pulsada, y con un estilo vocal que pocos kilómetros más al sur entroncaría ya con el flamenco.
Gil, que trabaja como director de un pequeño estudio de doblaje ('mi especialidad son las voces de los personajes más perversos'), ha renunciado al carácter más mestizo, a veces próximo a la rumba, que defendió con Terminal Sur y su primer álbum protagonista, Buscando tu olor (1996). Y eso que aquel disco, apenas distribuido en España, le proporcionó una insólita alegría: el sello Putumayo licenció un tema para el disco A Mediterranean odyssey que acabó convertido en éxito en las emisoras estadounidenses de world music. 'Necesitaba regresar a casa, cantar a poetas levantinos -desde Ramón Guillem a Antoni Fornés o Enric Casassas- y asumir más mi vertiente acústica'. La buena acogida de Orgànic concede ahora un cierto margen de optimismo al artista. 'Creo que es momento de consolidar las músicas de raíz. Si apuntalamos un buen circuito de festivales, el público descubrirá lo que aportamos'.
