Hallada a 55 kilómetros de Santa Cruz la octava víctima del temporal

El pesquero Santa Ninfa localizó ayer a diez millas (18,5 kilómetros) de la playa de El Médano (Granadilla) y a 55 kilómetros de Santa Cruz de Tenerife el cuerpo de José Domingo Rodríguez Guerra, de 33 años, vecino del barrio de San Andrés, en la capital tinerfeña, que fue arrastrado hacia el mar por la intensa riada, 224 litros por metro cuadrado en dos horas (la lluvia de todo un año), que inundó esta ciudad el domingo 31 de marzo.

Rodríguez Guerra salió a la calle, ya anegada de agua y lodo, para intentar recuperar su vehículo que la corriente comenzaba a mover. No pudo salir del coche y fue arrastrado hacia el mar. Una quincena de buceadores de la Guardia Civil y bomberos de Santa Cruz localizaron el Volkswagen Polo rojo que descansaba en la bahía de San Andrés convertido en un amasijo de hierros. Pero su cuerpo ya no estaba en el interior.

Tomás González, jefe de Salvamento Marítimo en Tenerife, informó de que se había dado aviso a todos los barcos que transitaban por la costa sur de la isla para que estuvieran atentos ante la posibilidad de que ocurriera lo que terminó por confirmarse a primera hora de ayer. Un pesquero dio la alarma y el Salvamar Tenerife recuperó a 8 millas de la costa del Porís de Abona y 10 de El Médano el cuerpo de un varón joven que vestía igual que el desaparecido (pantalón vaquero corto y calzado deportivo) y tenía la cicatriz en la rodilla que la familia había destacado al presentar la denuncia ante el Cuerpo Nacional de Policía.

Tras depositarlo en el puerto de Los Cristianos, la juez de guardia en el Juzgado de Instrucción número 3 de Arona decidió efectuar una reseña necrodactilar para comparar su huella con la del DNI que portaba en uno de los bolsillos, ya que tras ocho días en el mar el cuerpo estaba muy deteriorado.

El cadáver fue arrastrado por la corriente desde el barrio de San Andrés hasta 55 kilómetros en paralelo a la costa del sur de Tenerife, como efecto de las corrientes marinas. Simulando el movimiento de las agujas de un reloj, el agua superficial que rodea la isla se mueve en dirección norte-sur desde la Punta de Anaga a la Punta de Rasca, para variar de sur a norte desde ésta última hasta la Punta de Teno, informó Rafael Molina, físico del Instituto Español de Oceanografía (IEO). Cuando sopla viento del sur, el sentido de esta corriente residual (también conocida como 'dominante') es el inverso.

El ayuntamiento cifra 'entre setenta y cien' las viviendas que serán declaradas totalmente en ruinas, además de otras 600 'diversamente afectadas'.

Paralelamente, cuatro edificios de la céntrica Rambla de Pulido fueron desalojados el pasado sábado como consecuencia de la quiebra de un pilar en uno de ellos, con 30 años de antigüedad. Como medida preventiva, un equipo de técnicos municipales ha apuntalado hasta la quinta planta el edificio número 12, habitado por 30 familias que han sido realojados en casas de amigos y familiares.

Por otro lado, el Consejo de Gobierno de Canarias, celebrado ayer en Santa Cruz de Tenerife, decidió aprobar un decreto que establece las ayudas económicas para reparación de viviendas, infraestructuras y comercios afectados por el temporal.

El Gobierno autónomo asume ayudas de hasta 13.750 euros por familia afectada en bienes e inmuebles, la misma cantidad aprobada por el Consejo de Ministros. El Ejecutivo canario asume el 90% del coste de la reparación de las infraestructuras municipales y el 50% de las insulares, éstas últimas estimada en más de 60 millones de euros.

Otras medidas contemplan de 1.000 hasta 3.000 euros a pequeñas empresas, con un máximo de cinco empleados, que hayan sufrido pérdidas superiores a los 12.000 euros. Las empresas que hayan perdido mercancía quedarán exentas del Impuesto General Indirecto de Canarias.