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Reportaje:

Coordina, que algo queda

El PSPV se organiza para 'venderse' y contrarrestar el contundente aparato de propaganda del PP

Todos los viernes, maitines. Un reducido grupo de dirigentes y cuadros del Partit Socialista del País Valencià (PSPV-PSOE) se reúne todas las semanas para hacer balance, analizar la actualidad y plantear estrategias políticas y mediáticas, siempre con la finalidad de presentar un discurso unitario y coherente. A estas reuniones asisten representantes de la ejecutiva, del grupo parlamentario en las Cortes, y responsables de prensa. El objetivo es coordinar las iniciativas a todos los niveles: partido, Cortes Valencianas, Congreso, Senado, diputaciones y ayuntamientos -y en algunos casos hasta en el Parlamento Europeo-, con la finalidad de conseguir el mayor efecto posible en todos los 'terrenos de juego', según expresión de un dirigente del PSPV; además de contrarrestar la acción del enorme aparato de propaganda del que su principal rival político, el Partido Popular, dispone gracias a su control de la mayor parte de las instituciones, incluida la televisión autonómica.

'Hemos conseguido colocar en la agenda de Zaplana asuntos que no tenía previstos'
La mejora de relaciones entre la organización nacional y la federal también ayuda

Y es que, a pesar de lo que puedan sugerir los últimos tropiezos que ha sufrido a cuenta del proyecto del Plan Hidrológico Nacional -entre otros asuntos en los que también se ha evidenciado cierta falta de unidad-, el PSPV empieza a funcionar como organización política. Superados -que no totalmente cerrados- los innumerables problemas vividos durante la convulsa época que terminó con la elección de Joan Ignasi Pla como secretario general, el partido de los socialistas puede ahora centrar sus esfuerzos en la acción política, aunque estos días la atención vuelve a estar, en el plano interno con la celebración de las primarias para elegir al candidato a presidente de la Generalitat. De todas maneras, con poco aparato se ha logrado un mínimo de coordinación.

Los resultados de esta coordinación se han evidenciado. Así, últimamente es habitual que una iniciativa en las Cortes Valencianas se vea complementada, la misma semana, con otra referente al mismo asunto en el Congreso de los Diputados, en el Senado o en el Ayuntamiento de Valencia. Como sucedió, a principios de este año, con la inseguridad ciudadana: mientras los diputados autonómicos presentaban preguntas al Consell y el grupo municipal pedía al gobierno que dirige Rita Barberá soluciones ante el incremento del número de delitos en la ciudad, en el Congreso el diputado Pla preguntaba al ministro del ramo, Mariano Rajoy, sobre el asunto. En este caso, la coordinación acabó por resultar rentable: la simple referencia a que la delegada del Gobierno, Carmen Mas, ha sido víctima de hasta tres robos callejeros, provocó la hilaridad en los bancos de la Cámara. Así ha sucedido también con otras cuestiones de actualidad: la creciente deuda de la Generalitat; el famoso convenio que en 1999 permitió al consejero de Hacienda, Vicente Rambla, cerrar el ejercicio con unos ingresos que aún no han llegado; la epidemia de legionela; el hipermercado de la droga; la crisis de las clementinas; o las ayudas a Terra Mítica.

La mejora de las relaciones internas entre la organización nacional y la federal, propiciada por la 'pacificación' de la federación valenciana, también ayuda. Ahora existe un 'marco más favorable de relaciones, que facilita la estrategia', reconoce un dirigente socialista valenciano, que añade que desde Valencia 'se buscan líneas de trabajo para que el partido en Madrid asuma las propuestas que le llegan desde aquí'. Hay una 'buena sintonía' con la dirección federal. 'Nunca se había organizado así el PSPV', reconoce un dirigente, 'sólo después del congreso de Alicante se pudo empezar a trabajar así'. Y añade: 'Antes de eso, las reuniones del Comité Nacional dedicaban un 90% de su tiempo a cuestiones internas, había un alto grado de despolitización de la acción. La organización ha tenido que reaprender a hacer las cosas'.

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De esta manera, el PSPV ha logrado algunos éxitos. 'Hemos conseguido colocar en la agenda de Zaplana asuntos que no tenía para nada previstos', aseguran en el partido. 'Hemos obligado a Zaplana a hablar de cuestiones que le resultan incómodas, como la deuda, de manera que los ciudadanos empiezan a darse cuenta de que lo que les cuentan desde el Gobierno no es del todo cierto'.

También han surgido inconvenientes. Así, la pregunta que el diputado Pla formuló a Rajoy sobre la manifestación ultra en el barrio de Russafa estaba mal formulada, de manera que el ministro se permitió el lujo de contestar de la forma más escueta posible: 'No fue autorizada'. Pla no había tenido en cuenta que una manifestación no necesita autorización y que sólo cabe la posibilidad de prohibirla cuando suponga algún riesgo.

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