Mas propone que Duran sea el número dos de su candidatura en las elecciones autonómicas

Si no hay un adelanto que ahora nadie dice querer, las elecciones autonómicas se celebrarán dentro de un año y medio, en otoño de 2003. Pero los partidos están ya en precampaña. CiU lanzó hace cuatro meses a Artur Mas como su candidato a la presidencia de la Generalitat. Sustituir en esta plaza a Jordi Pujol es tarea harto difícil y Mas adelantó ayer que quiere concurrir a las elecciones acompañado por Josep Antoni Duran Lleida, el líder de Unió Democràtica. Y aceptó, como desea Duran, que éste mantenga abierta la opción a encabezar en 2004 la lista de CiU para las legislativas.

Duran aspiraba precisamente a ocupar el lugar de Mas, la candidatura a la presidencia de la Generalitat. Pero desde el momento en que Pujol designó a Mas como delfín supo, sin embargo, que no podría quedarse al margen de la batalla autonómica y no le quedaría otro remedio que ir como número dos tras su rival. Por varias razones. Una de ellas, la más importante, es que si se aparta de la pugna contra Pasqual Maragall, corre el riesgo de que le echen la culpa de una derrota electoral en las autonómicas, que esta vez es más posible que nunca.

La otra razón es que en la última campaña electoral, con Pujol como candidato a la reelección y Mas en la segunda plaza de la candidatura, la agresiva campaña contra los socialistas desarrollada por Duran le colocó en la práctica claramente como la segunda voz de CiU. Y los nacionalistas no están para desperdiciar nada ante unas elecciones en las que los sondeos sobre intención de voto siguen colocando a Maragall en primer lugar.

Duran está en actitud de verlas venir antes de decidir cuál será su ubicación tras las autonómicas. Quiere tener las manos libres para cuando llegue la recomposición de la cúpula de CiU, que deberá llevarse a cabo cuando Pujol abandone la presidencia de la Generalitat. En estos momentos es imposible saber qué ocurrirá, pero es previsible que las opciones para Duran sean diferentes según Mas gane o pierda.

Convergència quería situar a Duran como candidato nacionalista para la alcaldía de Barcelona, un auténtico matadero político para los dirigentes de CiU, que desde 1979 han sucumbido uno tras otro en el intento de derrotar a la izquierda en la capital catalana. Pero Duran rechazó este envenenado regalo y requirió para Unió la responsabilidad de ocupar, por vez primera, la cabeza del cartel de CiU en las elecciones legislativas, las de 2004. Sin embargo, una vez que ha conseguido que el próximo candidato de CiU a la alcaldía de Barcelona sea Xavier Trias, el actual portavoz de los nacionalistas en el Congreso de los Diputados, Duran no ha querido decidir si ocupará esa plaza o la dejará para otro dirigente de Unió. El nombramiento oficial de Trias como candidato municipal será realizado hoy.

Mas declaró ayer a la agencia Efe que quiere a Duran junto a él en las autonómicas y aceptó que no diga si quiere ir a las legislativas hasta que se sepa su fecha exacta. 'Antes de las elecciones generales están las catalanas y yo quiero decir públicamente que Duran debe tener un papel y una posición muy destacada, a mi lado, en esas elecciones', declaró. Mas aceptó el argumento de Duran: si el PP no ha designado todavía a su candidato para las elecciones legislativas, no hay razón para que lo haga CiU. No hay prisa alguna, vino a decir.

Duran, que ayer hizo repaso a la situación política ante el consejo nacional de su partido, consideró 'muy positivo' el proceso seguido por CiU para pasar de coalición a federación de partidos. Ha sido una operación en la que los democristianos han conseguido evitar la fusión que preconizaba Convergència y en la que Duran se ha alzado con la secretaría general de la federación, a cambio de aceptar que Mas sea el candidato a la presidencia de la Generalitat.

Sin embargo, Duran señaló también que con esto no basta para ganar las próximas elecciones autonómicas, el gran objetivo. El reto es, afirmó, garantizar a su electorado que 'podrá encontrar en CiU, en sus nuevos liderazgos y en sus nuevas personas, lo que han encontrado en el pasado'. Es decir, demostrar que los sustitutos de Pujol están a la altura del fundador.