_
_
_
_
Reportaje:

Tentación y muerte para buitres

Hasta 19 aves murieron arrolladas por el tren mientras se alimentaban de dos cochinos silvestres en El Borbollón

El silencio es profundo. Sobre el encinar, sobrevuela un puñado de buitres leonados en busca de comida. Pasan de largo. Aquí mismo, a la altura de la finca de El Borbollón (Ronda), el domingo pasado el tren arrolló a 19 de estas carroñeras que daban cuenta de dos cochinos asilvestrados atropellados horas antes por otro tren y que no habían sido retirados de las vías. El festín les costó la vida. Cinco días después, las plumas esparcidas por varios cientos de metros a la redonda daban fe del accidente.

'Yo estaba arriba de aquel cerro, los vi tirarse por los cochinos. El tren pitaba mucho, pero los bichos no se movían. Eran como una nube, debía haber más de cien', relata Antonio Perufo, el pastor que quitó los cadáveres de los buitres de la vía. Sorprende que aparte de los 19 cadáveres no se encontrara después ningún ejemplar herido.

'Cuando los buitres comen no atienden a nadie, lo más eficaz es quitar la carroña'
Más información
Aparecen muertos 13 buitres leonados en Palencia

El atropello se produjo en una curva de escasa visibilidad. 'Ha sido un golpe al censo de buitres', resume Francisco Moreno, miembro de la Patrulla Verde de Ronda. Según datos de 2000, en Málaga había 48 parejas reproductoras. Pero según la coordinadora del Programa de Seguimiento del Buitre Leonado, Consuelo Atencia, esa cifra ahora es menor. Se trata de una especie protegida, pero no está en peligro de extinción. En general, su situación ha mejorado -ya que en los últimos diez años la población ha crecido en España en un 130%- pero hay algunas zonas en las que sí están en peligro.

En Andalucía el repunte ha sido algo más bajo que a nivel nacional: las 2.159 parejas vistas en 1999 suponen un incremento del 71% con respecto a 1989. En ese periodo el buitre se recuperó en todas las provincias andaluzas a excepción de Málaga, donde se mantuvo en ese medio centenar. Atencia sostiene que en esta provincia sí están en peligro: 'Hay buitreras descolgadas del área de distribución de la especie y por lo tanto son más sensibles a los factores negativos como los venenos, las infraestructuras o los deportes de bajo impacto'.

En la comunidad, las mayores colonias de buitres se encuentran en Jaén y Cádiz. Aunque en Málaga hay pocas parejas, hay contabilizados hasta 400 ejemplares que vienen de la Sierra de Grazalema o del peñón de Zafaramagón (Olvera), en la provincia gaditana, para buscar alimento en las dehesas del término municipal de Ronda.

La coordinadora del programa y los policías de la Patrulla Verde coinciden en que además del golpe asestado a los adultos con el atropello del domingo, hay otra consecuencia en la que nadie repara: las crías.

La época de reproducción se inicia en enero. Los pollos comienzan a nacer en marzo. El nido está a cargo de la pareja. Mientras uno busca comida, el otro cuida de la cría. Si un adulto no vuelve, el otro no abandona el pollo. Sólo saldrá cuando ya no aguante más el hambre. Quizás será demasiado tarde para la cría que habrá muerto de inanición.

Inmediatamente después del atropello, la Delegación de Medio Ambiente y Renfe acordaron una serie de medidas para prevenir nuevos accidentes. Entre ellas, que los maquinistas reduzcan la velocidad a su paso por la curva y toquen la bocina, que se proceda a la rápida retirada de los animales arrollados y el estudio del vallado y construcción de pasos por debajo de la vía en los puntos negros del trazado ferroviario.

El delegado provincial, Ignacio Trillo, cree que no hubo negligencia por parte de Renfe. De hecho, el maquinista del expreso Algeciras-Madrid que mató a los cochinos poco después de la medianoche, ya en domingo, comunicó el incidente a la compañía. Pero como no hay arbitrado ningún mecanismo para la retirada de animales muertos de las vías, allí se quedaron y se convirtieron en una trampa mortal para los buitres. El atropello de las carroñeras fue a las 8.50.

Cinco días después, el tren que pasa por El Borbollón -a unos 30 kilómetros de Ronda-, no pita a la altura de la curva donde fueron arrollados los buitres y por donde cada día circula una docena de ferrocarriles. Tampoco parece que reduzca la velocidad. Solo usa la bocina más adelante, al advertir la presencia de un par de pastores con alrededor de 400 ovejas. El tren pasa a más de 80 kilómetros por hora. Entonces, superado el peligro, los hombres se atreven a cruzar el rebaño para que siga pastando del otro lado. '¿Buitres? Hay montones, miles por esta zona. Los cogollos de las encinas a veces están aplastados', cuenta uno de los pastores, no muy preocupado por la especie.

Atencia, en cambio, es una de sus mayores defensoras. Cuenta que desde la crisis de las vacas locas, estas aves tienen menos acceso a la carroña. Ella trabaja en la elaboración de ese mapa de puntos negros en los que Renfe debe extremar las precauciones. Cree que las medidas deberían hacerse extensivas a toda España y que la más eficaz es la inmediata retirada de los animales muertos de la vía. 'Cuando los buitres se ponen a comer no atienden a nadie, así que la eficacia de la bocina es dudosa. En cuanto a la velocidad, también hay que entender a los usuarios del tren que quieren llegar pronto a su destino. Quitar la carroña de forma inmediata es la única medida eficaz'.

Restos de una de las aves carroñeras muertas hace una semana.
Restos de una de las aves carroñeras muertas hace una semana.SERGIO CAMACHO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_