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AL VOLANTE | PRUEBA
Columna
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No parece un monovolumen

Apesar de ser el monovolumen compacto del Corolla, el Verso se conduce casi como un turismo. Tiene una posición de conducción sólo un poco más alta, aunque menos de lo habitual en estos coches. Y su manejabilidad y agilidad hacen olvidar enseguida que se está conduciendo un monovolumen.

El motor más asequible

La versión básica del Corolla Verso monta un motor 1.6 16v. de gasolina y 110 CV que ofrece un rendimiento correcto para el uso normal. Destaca por su suavidad y refinamiento a bajo y medio régimen, aunque después, por encima de 4.500 vueltas, es más ruidoso de lo deseable y la insonorización deja sentir algunos ruidos aerodinámicos. Pero es ágil en ciudad, mueve el peso sin apuros en carretera y mantiene buenos cruceros en los viajes. Sin embargo, si se circula a plena carga, con viento o simplemente cuando se necesita nervio para adelantar, acusa un poco sus carencias y exige reducir, estirar las marchas y calcular las distancias.

A pesar de estas limitaciones cumple bien en una utilización normal sin grandes kilometrajes y cuesta 1.700 euros menos que el turbodiésel de 90 CV. Además, la posición del cambio en la consola central queda a mano y es práctica en el uso familiar. Los consumos son bastante correctos teniendo en cuenta su peso y volumen, en parte porque cuenta con una de las mejores aerodinámicas de su categoría y también por el buen escalonamiento del cambio. Gasta unos 8 litros en conducción suave, y sube a 9-10 en ciudad y si se estiran las marchas, sobre todo con mucha carga.

Buenos frenos

En el comportamiento dinámico destacan los frenos, que paran el peso con potencia y rapidez e incluyen un buen ABS con repartidor de frenada EBD. El modelo de Toyota tiene unas reacciones ágiles y es muy fácil de conducir. Funciona correctamente y no acusa mucho los balanceos de carrocería típicos de estos coches en las curvas. Pero la dirección asistida eléctrica no da la sensación de aplomo de otros modelos en trazados rápidos. Además, transmite los baches al volante cuando el piso está en malas condiciones y acusa pérdidas de tracción en las curvas cerradas con poca adherencia (lluvia, arena...). El inconveniente se resolvería con el control de estabilidad ESP (VSC en Toyota), pero sólo está disponible con el motor 1.8 de gasolina y en el acabado superior Sol.

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