Las otras canciones de Buarque'
Francisco Buarque de Hollanda es Chico. Para sus compatriotas, simplemente Chico. El poeta de la música brasileña, aunque nunca haya escrito la letra de una canción sin tener antes la melodía. Es el compositor de O que será, A Banda o Construção, el autor de obras para teatro y ballet como El gran circo místico o El corsario del rey, y de las novelas Estorvo (1991) y Benjamim (1995). Se ha ganado el respeto y admiración de todo un pueblo: la actriz Fernanda Montenegro afirma que no tiene ningún defecto.
Chico Buarque se esconde tras su aparente timidez -'es el artista que pasa de puntillas para no llamar la atención'-. Seis meses dedicó la periodista Regina Zappa a conversar con él en entrevistas formales, paseos por Río de Janeiro... y a escuchar a familiares y amigos. El libro se editó a finales de 1999 en Brasil y se publica ahora en español. No se trata de una biografía. Lo explica su autora: más bien de una colcha hecha de aspectos de la personalidad de este artista que deja en su obra el rastro de una intuición especial para conectar con lo cotidiano.
CHICO BUARQUE
Regina Zappa. Traducción de José Luis Sánchez González Gedisa. Barcelona, 2001 249 páginas. 14,97 euros
Regina Zappa, que confiesa haber aprendido a tocar la guitarra con las canciones de Chico Buarque, traza un perfil del mito -'hablo de pequeñas manías y costumbres no desveladas por las entrevistas porque él siempre preservó su vida privada'-. Cuenta intimidades sin llegar al chisme. De amor no habla, de sentimientos poco. Desde la infancia y la adolescencia de Chico en São Paulo -su paso por las dependencias policiales tras haber sustraído un coche-, la relación con hermanos y padres -el historiador Sergio Buarque de Hollanda- o sus tres hijas y los dos nietos -de Lelê, casada con Carlinhos Brown- hasta su separación de la actriz Marieta Severo, tras 30 años de matrimonio.
Salen los tiempos de la dictadura -su lucha contra la censura en los setenta y el autoexilio romano-, sus problemas con la bebida -'ya no pienso en permanecer en el bar desde las tres de la tarde hasta la madrugada'-, las giras -el Chico cantante mantiene al compositor y al escritor- o su pasión por el fútbol -en el Politheama, su equipo, ha jugado con Zico, Romario e incluso Bob Marley. Y lleva el 9 por su ídolo Pagão, delantero del Santos de Pelé-.
'Pienso en los varios Chicos que fueron quedándose por el camino', dice su ex mujer. Al carioca le resulta agradable viajar a lugares en los que se convierte en persona anónima o donde lo conocen más por el nombre que por la fisionomía. Una vez, al decirle su apellido al maître de un restaurante de París, éste exclamó: ''¡Ah! Buarque, ¿como Chico Buarque?'.
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