Control inconstitucional junto al estadio
- Añoranza de los días pasados. 'Les telefoneo con la añoranza de los días pasados, en los que las vacaciones de Semana Santa han convertido esta ciudad en un remanso de paz, sin ruidos, sin tensión, a la medida de los seres humanos', dice Diego. 'Me pregunto si no sería posible mantener así la ciudad siempre, pero creo que es verdaderamente imposible, pero no encuentro explicación a lo que sucede, parece como si la acumulación de gente produjera una incomodidad psicológica sin base material alguna', comenta.
- Cáscaras peligrosas. 'Parece como si las cáscaras de plátano hubieran dejado de ser peligrosas y que ya sólo resbalaran en las películas de humor', comenta Clemente. 'Pero el otro día tuve la ocasión de ver a una anciana que casi se mata por algo aparentemente sin importancia. Recuerdo a todos que es peligrosísima una cáscara de éstas: siguen resbalando, y mucho. Ya sabemos, además, que las personas mayores pueden morir a consecuencia de fracturas, que para ellas son muy dañinas, además de dolorosas', agrega.
- Efectos farmacológicos colaterales. 'Les telefoneo con la convicción de que nadie me hará caso, pero no me importa ya que creo cumplir con mi deber si les cuento lo que paso a referirles', anuncia Juan José. 'La ingestión de muchos medicamentos es una de las mejores técnicas para enfermar verdaderamente, porque la interacción química de un elevado número de componentes no puede preverse, a no ser después de miles de experimentaciones a base de combinaciones complejísimas de elementos farmacológicos. Lo que quiero decir', añade, 'es que no puedo explicarme cómo algunos médicos, cada día más, por cierto, son capaces de recetar a una persona, sobre todo si es mayor, hasta diez medicamentos diferentes. Creo que eso no sólo es un error, sino que también es una agresión química, precisamente por la imprevisibilidad de las interacciones'.
'Por ello', añade, 'pido a los recetadores de multifármacos que tengan un poco de compasión de sus pacientes y se limiten a prescribirles pocos medicamentos y únicamente aquellos de reacciones realmente conocidas, para evitarles esos males mayores que los médicos bien lo saben y denominan 'efectos yatrogénicos', algo similar a los hoy tan cacareados daños colaterales y que, en medicina y farmacología, son los derivados de la propia medicación'.
- Apuesta por las farolas. 'Espero que las farolas recién instaladas en la Gran Vía permitan ver suficientemente a los que transitemos por ella', pide Anselmo. 'Con tanta innovación, lo mismo en invierno no se ve tres un burro y las nuevas farolas son otra gracieta experimental, como el mobiliario urbano de la Castellana recién restaurada, donde, por cierto, no hay una sola de las fuentes allí instaladas que tenga agua, después de la fortísima inversión que allí se realizó'.
- No a los animales salvajes sueltos. 'No puede haber animales salvajes sueltos que cometan esas atrocidades con personas', se queja una joven, conmovida por los recientes sucesos protagonizados por algunos perros. 'Para los ciudadanos son pamplinas las multas a los dueños de esas bestias feroces y otras tonterías como los certificados de buena conducta animal que se les pudiera exigir. Lo que hace falta es que esas razas tan agresivas no sean criadas nunca'.
- Espatarrados en el metro. 'Me molesta sobremanera esa gente que se sienta en el metro como si estuviera viendo la televisión en el sofá de su casa, como si no existiera nadie más', comenta Alberto. 'Es una falta de educación, es decir, de respeto a los demás, espatarrarse de tal manera que al estirar los pies, de manera tan egoísta, el mero tránsito cerca de ellas te pone en peligro de tropezar con esas piernas estiradas y rodar al suelo, con el consiguiente daño', se queja.
- Controles anticonstitucionales. 'Quiero preguntar', dice una vecina del distrito de Chamartín de la Rosa, 'si es constitucional el control de accesos a calles a los que nos vemos sometidos los vecinos de mi barrio cada vez que hay un partido de fútbol'.
Y agrega: 'Si los que vivimos en Chamartín vamos a soportar ese trato siempre que haya un partido, al menos que recorten nuestros impuestos proporcionalmente a esa reducción de derechos constitucionales y que el equipo blanco pague la diferencia'.
- Ineptitud. 'Tengo un nieto de tres años que padece estrabismo y necesita asistencia oftalmológica rápida', cuenta José. 'Nos remitieron a la calle de los Emigrantes, luego al Ramón y Cajal, y en un mostrador de información con dos informadoras, se nos hizo perder varias horas a propósito de unas pegatinas que a la postre resultó que no eran necesarias. Me pregunto cómo pueden tener en información a dos personas tan ineptas', dice.
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