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El accidente, a la luz del día

Decenas de curiosos aprovecharon el día de sol para ver de cerca las tareas de limpieza de la zona

'A la luz del día es mucho peor', explica Mónica desde la caja del restaurante Clamar, que se convirtió en uno de los primeros improvisados centros de atención a los más de 600 pasajeros afectados por el choque de los dos trenes. En la mente de todos los vecinos y testigos del accidente se barrunta lo mismo: la tragedia podría haber sido mucho mayor. 'Y es que fue como un terremoto, un sonido terrible, se movió todo. Desde aquí salió gente a ayudar. Luego apartamos las mesas porque iban entrado pasajeros. Querían llamar, sentarse. Les dimos tilas y bocadillos. Vinieron vecinos con mantas. Una señora había perdido a una niña de 12 años, luego una chiquita en estado de choque, que se la tuvieron que llevar, gente con brechas en la cabeza'.

'Fue como un terremoto, se movió todo dentro del restaurante'

Mónica recuerda que del impacto se rompieron los cristales del porche, de gran parte del edificio: las piedras que sujetan los raíles habían salido disparadas con la colisión. El restaurante volvía a estar abierto ayer, pero la atención seguía fuera: decenas de curiosos aprovecharon el día de sol para ver de cerca las tareas de tres grúas y de excavadoras que limpiaban la zona. Conversan sobre cómo pudo ser, y cada uno da su opinión. Mientras, el Euromed yace retorcido, el primer vagón atravesado en las vías, la cabeza motora, como consecuencia del impacto, incluso mirando en dirección contraria a la que llevaba. A pocos metros, un camping, el Miramar, que ayer se vaciaba. 'Nuestra caravana se quedó a 30 metros del Euromed', explica Francisca Peña. 'Oímos el sonido de un tren, que venía muy rápido, pero era mucho más, salimos, vimos los contenedores del camping volando, el tren se retorcía, se llevaba el muro, la zona de parque donde juegan los niños'.

Los propietarios de tiendas y caravanas fueron los primeros en salir a ayudar. 'Los campistas vamos bien preparados. Teníamos grandes focos y los pusimos hacia la vía, pero la gente llegaba con mecheros, con linternas, con lo que fuera. Empezamos a ayudar a bajar a la gente; cuando ya no salía nadie entramos y debajo de cada sillón que movíamos aparecía una mujer o un niño: heridos o tan desconcertados que no sabían qué hacer'.

Andrés Calvo explica que estuvieron ayudando pese al peligro de electrocución por la catenaria, 'y los cristales de los vagones, presionados, explotaban, fue horroroso', añade. Francisca y Andrés decidieron ayer adelantar su regreso a Sabadell, previsto para la noche de hoy: 'Apenas hemos dormido y si lo ves ahora cuesta creer que haya ocurrido, pero cuesta más creer que no haya pasado lo que podía haber sucedido'. No han sido los únicos, aunque los responsables del camping confian en que los clientes, 'aunque se asustaron mucho -pero es normal, hubo de todo: un fogonazo, un terremoto-, volverán por temporada alta'. La semana próxima, el Ayuntamiento de Torredembarra convocará un pleno extraordinario en solidaridad con las víctimas del accidente. Asimismo, el consistorio evaluará los daños causados por el accidente a los vecinos de los inmuebles cercanos por la lluvia de piedras, trozos de hierro e incluso bogies que aparecieron a 50 metros, así como a los vehículos que, aparcados junto a las vías, sufrieron desperfectos. El alcalde, Miguel Ángel Lecha, recordaba no sólo la solidaridad de sus vecinos con los accidentados, sino también lo que todos ayer llevaban en mente: 'En los primeros minutos después del accidente y cuando llegamos a las vías, nos temimos que podía ser más grave de lo que fue'.

El despliegue de Mossos d'Esquadra, Guardia Civil, Bomberos, Policía Local, 40 ambulancias, 9 de ellas medicalizadas, resultó insólito.

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Nadie había visto nunca tantas fuerzas de seguridad y de emergencia juntas en Tarragona. En cuatro horas a lo sumo finalizaron las tareas de evacuar heridos, informar familiares y llevar a los pasajeros indemnes o heridos leves a sus lugares de destino. Ellos también pensaban que el siniestro podía haber tenido consecuencias más trágicas.

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