Enchufarse a Europa
El consumidor confía más en la interconexión con Francia que en la liberalización eléctrica española
Los consumidores de electricidad confían más en los efectos de la tibia apertura de los mercados europeos, acordada en la reciente cumbre de Barcelona, que en los de la liberalización total del sector adelantada formalmente en España para 2003. Grandes consumidores, pymes y usuarios domésticos, abogan por una mayor capacidad de interconexión con Francia como última garantía para que exista competencia real en el mercado eléctrico nacional y para asegurar un suministro de calidad a los usuarios.
Malestar en empresas de distribución porque no han abaratado su factura eléctrica tras invertir para abastecerse en el mercado liberalizado
Con matices y desde intereses distintos, representantes de los grandes colectivos de consumidores españoles de electricidad coinciden en calificar de 'paso positivo' los acuerdos alcanzados en la última cumbre europea de Barcelona sobre la liberalización de este sector (elección de suministrador en 2004 para los consumidores no domésticos e incremento de las interconexiones de las distintas redes nacionales en 2005) y en mostrar su desconfianza sobre la liberalización total del mercado eléctrico en 2003 comprometida por el Gobierno Aznar.
'El proceso de liberalización del mercado eléctrico español es más simbólico que real. Hasta ahora no ha propiciado el descenso de los precios que cabía esperar del mismo, ni tampoco se está haciendo al ritmo anunciado', señala Jorge Hinojosa Bolívar, representante de la Unión de Consumidores y Usuarios (UCE) en la Comisión Nacional de Electricidad (CNE). 'Este año nos han congelado las tarifas a los usuarios domésticos con una peor calidad del suministro', señala. A su juicio, hay demasiada grandilocuencia en los anuncios del Gobierno, pero la competencia brilla por su ausencia. Se hacen guiños liberalizadores, pero la situación real es que tanto la generación como la comercialización de electricidad en España continúan en regimen de cuasioligopolio en manos de cuatro grupos. La interconexión de redes europeas, aprobada en Barcelona, es positiva porque en alguna medida va a entreabrir este coto cerrado y a introducir unas dosis de competencia en el mercado que no han logrado hasta ahora las medidas liberalizadoras del Gobierno.
Francisco Espinosa Cabezón, secretario general de la Asociación de Consumidores de Electricidad de la PYME (ACE), que agrupa a 15.000 empresas, apunta en la misma dirección. 'Lo importante de los acuerdos de Barcelona es la interconexión de redes, el resto... La libre elección de suministrador para los consumidores no domésticos en 2004 no debería afectarnos, dado que el calendario de liberalización aprobado en España abre esta posibilidad en 2003 a todos los usuarios', señala, 'aunque creo que no se va a cumplir. Con el retraso que lleva el proceso no va a ser posible el que los usuarios domésticos puedan elegir suministrador en esa fecha'. Espinosa señala, además, que las diferencias de precio entre el mercado de electricidad a tarifa y el mercado liberalizado son mínimas, y la prueba está en las escasas empresas que han optado por pasarse a este último.
El secretario general de ACE señala, además, el enfado y la frustración de algunos de sus afiliados, empresas medianas y pequeñas de distribución, que abordaron importantes inversiones en 2000 para cambiar sus suministros a media tensión, confiando en las promesas del Gobierno, y que ahora, tras el cuantioso desembolso, se encuentran con que la diferencia de precios es mínima con el régimen de tarifas que tenían. La liberalización del mercado eléctrico español tiene mucho de camelo, agrega, porque los precios para el pequeño consumidor son prácticamente los mismos de hace tres años, y 'porque nadie, mientras los precios del mercado libre no sean atractivos, va a renunciar al abastecimiento de electricidad a tarifa'.
Una situación, indica Espinosa, que van a aprovechar las eléctricas -ya lo están haciendo- para reclamar una elevación de tarifas al Gobierno y para reabrir el debate sobre la conveniencia de incrementar la energía nuclear, que genera los kilovatios más baratos. Sus argumentos frente al Ejecutivo son la necesidad de realizar cuantiosas inversiones en nuevas centrales para ajustar la oferta eléctrica al fuerte crecimiento que registra la demanda y evitar nuevos apagones e interrupciones del suministro, que deben ser rentables para quienes las hacen, y la repercusión sobre el usuario final de unos costes más reducidos si aumenta la proporción de kilovatios generados en fuente nuclear.
Menos críticos con las medidas de liberalización del Gobierno y más entusiastas con los acuerdos de la cumbre de Barcelona se muestran los grandes consumidores industriales de electricidad. El presidente de su organización, AEGE, y presidente de Ercros, Antonio Zabalza, señala que la decisión más positiva de la cumbre de Barcelona ha sido el objetivo de elevar hasta por lo menos un 10% de la capacidad en la interconexión de las redes europeas, aunque agrega que 'es un paso que se queda corto con respecto al 20% recomendado por el operador del sistema español'. Sin embargo, agrega, el incremento de la capacidad aprobado 'permitirá hacer real la posibilidad de acudir a proveedores extranjeros y de elevar el nivel de competencia en este mercado'. Desde AEGE propugnan que este objetivo se cumpla cuanto antes, si es posible antes de la fecha acordada de 2005.
La desaparición a fecha fija, 2007, de los contratos de suministro interrumpible, a los que están acogidos buena parte de sus asociados, y que les permite abastecerse a unos precios muy reducidos, puede explicar su 'comprensión' actual ante las dificultades de las generadoras para cubrir puntas de demanda y su aspiración a que se propicien cuanto antes acuerdos bilaterales competitivos entre empresas de gran consumo y compañías productoras españolas o extranjeras.
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