Leyenda asequible
El atractivo de las motos americanas con un toque deportivo y precios competitivos
LAS HARLEY DAVIDSON son el sueño de los amantes de las motos custom americanas, aunque muchos se deben conformar con imitaciones orientales. La serie Sportster 883 busca captar ese público con precios más asequibles. Y la XL 883 R, que cuesta 9.322 euros, es la última novedad y rinde homenaje a la XR dirt-track (carreras en óvalos de ceniza), su modelo más laureado.
La estética de esta moto no sorprende, porque sigue el diseño clásico de las Harley custom: depósito tipo 'lágrima' y asiento corrido con dos alturas. Pero aporta una decoración exclusiva, con el motor, depósito de aceite y filtro de aire en negro mate, y el resto en naranja brillante, como las Harley de carreras. Además, incluye un manillar casi plano, inédito en motos de calle y procedente de las dirt-track.
FICHA TÉCNICA
MECÁNICA Motor Bicilíndrico en V a 45º Refrigeración Aire Cilindrada 883cc. Potencia 53 CV Arranque Un carb. de 40 mm Bastidor Multitubular de acero Caja de cambios 5 velocidades Freno delantero 2 discos de 292 mm Freno trasero Disco de 292 mm Peso en vacío 235 kilos PRESTACIONES Aceleración 0-100 km/h. 6,8 seg. Aceleración 0-1.000 m 30,0 seg. Velocidad máxima 173 km/h. Consumo medio 6,5 litros Precio 9.322 euros
MECÁNICA CLÁSIC: V A 45º
La XL 883 R monta el clásico motor 883cc que Harley lleva fabricando casi desde su fundación. Es un bicilíndrico en V a 45º refrigerado por aire, con dos válvulas por cilindro, árbol de levas central, varillas y balancines. Rinde 53 CV a 5.980 vueltas y no destaca por sus prestaciones, pero incluye cambio de cinco marchas, embrague multidisco en seco y tansmisión por correa dentada, más silenciosa y con menos mantenimiento que las cadenas normales.
DEPORTIVA DE PASEO
Harley Davidson entiende las motos deportivas de forma diferente a los europeos. La Sportster 883 R es una custom-sport, y sirve para pasear, pero sin más pretensiones. Se maneja con comodidad, con un manillar muy agradable, las estriberas menos adelantadas de lo habitual y unas medidas estrechas que le dan agilidad en ciudad y carretera. No hay que buscar prestaciones escalofriantes ni frenadas agresivas: su mayor virtud consiste en permitir disfrutar del placer de conducir una auténtica Harley. Alcanza 173 km/h., pero en cuanto se superan los límites legales (120-130 km/h.), la fuerza del aire y las vibraciones del motor dejan sentir su protesta.
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