Niña Pastori: quejío con guitarra eléctrica

Niña Pastori reconoce con una sonrisa que está enamorada. María, su cuarto disco, incluye tangos, rumbas y bulerías, pero ella lo define como 'una declaración de amor pura y dura'. Es su álbum 'menos flamenco y más festero'.

'La que canta con voz flamenca y quejío soy yo, y eso marca los discos, pero en la base rítmica hay guitarras eléctricas, armónicas, percusión, batería, piano', asegura la cantaora, de 24 años. Siete de los 11 temas de María son composiciones suyas y de su novio, Chaboli, hijo de Jeros, 'el del medio de Los Chichos'. Chaboli y Niña Pastori llevan cuatro años de relaciones.

Sus tres discos anteriores han superado las 200.000 copias vendidas y no hay actuación en la que Niña Pastori no cante, a petición del público, Echáme una mano primo o Tú me camelas. Pastori reconoce que entre sus seguidores se cuentan muchos niños. A finales de abril empezará una gira para presentar María, que continuará con las galas veraniegas. Serán conciertos a dos bandas, una parte más pop y otra más íntima acompañada por un guitarrista.

María Rosa García García, la única niña y la pequeña de cinco hermanos, aprendió todo lo que sabe de un escenario de la mano de su madre, la cantaora Pastori. Unos años más tarde la descubrió Camarón, y luego Alejandro Sanz. Fue en la mítica Venta Vargas, en San Fernando, el pueblo donde nació. Sanz produjo su primer trabajo discográfico. 'Es como mi hermano mayor, le quiero y le admiro', cuenta la cantaora.

No le preocupa lo que puedan decir de su nuevo disco los puristas. Es su manera de entender el flamenco. 'Sólo una vez tuve miedo de enfrentarme a la crítica. Cantaba en Sevilla y en el cartel o entre el público estaban La Macanita, el Potito, Morente. Ese día, antes de salir al escenario, comprendí que si pones el alma en las canciones el público siempre lo agradece. Ése sigue siendo mi secreto'.