'El recambio generacional debe ser constante'

Juanjo Puigcorbé acaba de rodar en el poblado del oeste de El Campello (Alicante), junto con David Carradine (el mítico Kung-Fu), Mercedes Sampietro y Emilio Gutiérrez Caba, Bala perdida, una producción de Jorge de Juan, dirigida por el joven valenciano Pau Martínez. Han sido seis intensas semanas de rodaje en Valencia y Alicante para conseguir este thriller que llegará a la gran pantalla el próximo otoño. 'Es una historia de perdedores', como la define Puigcorbé, a quien le esperan varias propuestas laborales en las próximas semanas.

Pregunta. Juanjo Puigcorbé es Daniel, un padre que goza de un permiso carcelario y aprovecha la ocasión para reencontrarse con su hijo. ¿Qué delito ha cometido David para estar en la cárcel?

Respuesta. Lo encarcelaron por un asunto de drogas, aunque en realidad, tal como se desvela pronto en la película, fue una encerrona orquestada por su suegro, un juez corrupto que quiso apartarle de su hija y su nieto.

P. Jorge de Juan comentaba que la película reivindica que los hijos también son de los padres...

R. Ése es el leit-motiv de la película. Algunos hombres tienen una forma especial de querer, a veces torpe, pero la paternidad es algo que siempre se descubre, es una iniciación.

P. ¿Cómo es la relación entre el padre y el hijo?

R. Tras tres años de cárcel, Daniel se verá obligado a ganarse el afecto de su hijo en pocos días. Un hijo que lo conoce vagamente, y donde la difamación y la ausencia juegan en su contra. Su estigma de perdedor y desesperado se lo pondrá todavía más difícil.

P. ¿Quién es el bala perdida?

R. Daniel, es una bala que no ha dado en el blanco, pero que involuntariamente puede herir a los más próximos.

P. ¿Qué tal la experiencia de trabajar con el mítico Kung-Fu?

R. Ha sido un placer. Es un actor con una enorme experiencia, carismático, y con una gran precisión en lo físico.

P. En el reparto de Bala perdida los protagonistas presentan un amplio abanico de edades...

R. Combinar la experiencia con la novedad es exactamente la misión de la industria del espectáculo. El recambio generacional debe ser constante. Los americanos nos han enseñado que la industria necesita en cada película entre un 10 y 15% de renovación, y creo que está muy bien pensado.