El paso cambiado

¿Qué derechos tiene el propietario de una obra de arte sobre el objeto que ha adquirido? ¿Puede alterar la obra a su antojo, o es necesario que consulte con el autor, propietario intelectual de la misma? Este dilema intentan resolver los miembros de la Hermandad del Descendimiento del Señor, uno de los pasos de la Semana Santa marinera del barrio valenciano de El Cabanyal, y el escultor gandiense Ricardo Rico, autor del conjunto escultórico que representa la deposición de Cristo y que se encuentra en la parroquia Nuestra Señora del Rosario.

El paso salió ayer miércoles en procesión con una imagen diferente a la que ha estado mostrando en los últimos seis años. La hermandad decidió que el original 'se encontraba pobre de color', y encargó hace unos meses a un escultor que pintara las imágenes con una nueva policromía. Para ello no creyó oportuno consultar la opinión del autor de la obra, Ricardo Rico, un conocido escultor gandiense, discípulo del maestro de la imaginería valenciana Antonio Sanjuán Villalba.

El primer sorprendido por el cambio fue el propio Rico. El escultor acostumbra todos los años a acercarse al almacén donde se encuentra el paso para revisar posibles grietas o retocar daños en la talla. En esta ocasión la alteración era más que evidente. 'Habían pintado las figuras, tergiversado los colores, cambiado la figuración del original', señala el escultor visiblemente indignado. San Juan este año desfila con barba, mientras que el sirviente que aparece junto a la cruz, en cuyo rostro Rico se permitió pintar un autorretrato, ha perdido parte de su personalidad ya que la hermandad ha decidido afeitarle. El conjunto escultórico, además, esconde ahora la técnica original que Rico empleó para el acabado de la obra. Un estilo de policromado a la cera, que sustituye al tradicional estucado a base de 'cola de conejo' y alabastro. Su colorido es más tenue, pero permite dejar a la vista el material original de madera con el que se ha tallado la pieza y aporta mayor 'fuerza escultural' al resultado.

Rico recibió en 1992 el encargo de realizar una réplica del conjunto escultórico del paso del Descendimiento, después de que el original, obra de Antonio Sanjuán, quedara convertido en cenizas en 1989 tras un incendio. Fue el propio Sanjuán quien recomendó a la Hermandad de El Cabanyal que fuera su discípulo el encargado de realizar la nueva escultura. Para ello, el escultor gandiense se valió de las fotografías del paso que conservaba la Hermandad, y decidió emplear la técnica del policromado a la cera (más económica y actual), aconsejado por su maestro que había empezado a utilizar este acabado en sus últimas obras. El Concilio Vaticano II recomienda también que en las nuevas figuras de imaginería se mantenga visible el material original, de piedra o madera. La Hermandad no puso reparos. Tres años tardó el escultor en finalizar la obra. 'La Hermandad dijo entonces que el resultado era magnífico', recuerda Rico.

'La escultura ha sido policromada y punto', zanjó ayer el presidente de la Hermandad del Descendimiento del Señor, Paco Blanco. La Hermandad sostiene que como propietaria del conjunto escultórico tiene la potestad de hacer de ella lo que considere oportuno. El escultor, por su parte, elude entrar en polémica y espera resolver el altercado sin necesidad de llegar a los tribunales. Pero la ley es clara. A Ricardo Rico le protege el derecho de 'propiedad intelectual', que contempla, entre otras garantías, la de 'exigir el respeto a la integridad de su obra e impedir cualquier deformación, modificación, alteración o atentado contra ella que suponga perjuicio a sus legítimos intereses o menoscabo a su reputación'. 'Cada pequeño trazo de la escultura es mío, fruto de tres años de trabajo', señala Rico, que exige a la hermandad su derecho a que el conjunto escultórico sea restituido a su estado original. Mientras la polémica se resuelve, el paso del Descendimiento del Señor volverá mañana viernes a salir en procesión. Pero lo hará con el paso cambiado.