Los partidos pactan una salida a la crisis de la Sindicatura tras 13 meses de bloqueo

Esta vez parece que va en serio. Después de 13 meses de bloqueo y de apuntarse mil y una fórmulas de solución, todos los partidos han llegado a un acuerdo que, salvo imprevistos de última hora, permitirá desbloquear la situación por la que atraviesa la Sindicatura de Cuentas antes de que finalice abril. Marià Nicolàs, el último de los candidatos propuestos por CiU, se perfila como futuro síndico mayor.

La Sindicatura de Cuentas es un organismo de rango estatutario que tiene asignadas atribuciones de gran importancia: controlar que las cuentas de las administraciones públicas respetan escrupulosamente la legalidad y, desde el año pasado, supervisar los presupuestos de los partidos políticos catalanes.

No obstante, la Sindicatura atraviesa desde febrero del año pasado -cuando Ferran Termes dimitió como síndico mayor al sentirse acosado por otros síndicos- por una crisis sin precedentes que ha sumido al organismo en una situación de bloqueo y provisionalidad. Esto ha dificultado el normal desarrollo de los trabajos que le ha encomendado el Parlament, como la elaboración del informe del caso Pallerols -de presunta financiación irregular de Unió Democràtica (UDC) a través de las subvenciones para formación de parados repartidas por Trabajo-, que fue encargado hace más de tres años.

La Sindicatura está integrada por siete síndicos, todos ellos teóricamente independientes pero elegidos a propuesta de los partidos según la composición de la Cámara. A pesar de que los síndicos avalados por Convergència i Unió (CiU) y el Partido Popular (PP) disponen de mayoría absoluta, las disputas internas en el bloque de la derecha han impedido durante 13 meses la elección del síndico mayor.

50 votaciones

Desde que estalló la crisis, en febrero de 2001, los síndicos han realizado cerca de 50 votaciones, todas infructuosas, para designar al máximo dirigente de la institución -la tercera autoridad de Cataluña, tras el presidente de la Generalitat y el del Parlament-. A la espera de desenmarañar el embrollo, ocupa el cargo interinamente Xavier Vela -avalado por CiU y el síndico más próximo al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol-, cuya gestión ha sido vista con suspicacia por la izquierda.

Finalmente, tras meses de debate, todos los grupos parlamentarios han llegado a un acuerdo sobre la fórmula que desbloqueará la crisis y ayer fue admitida a trámite por la Mesa del Parlament. La propuesta final, que materializa un pacto alcanzado en un pleno del pasado febrero, fusiona los dos textos admitidos a trámite en el Parlament -uno por CiU, el PP e Iniciativa y el otro por el PSC- y resuelve definitivamente las lagunas en la actual legislación, que no preveía ninguna fórmula de desempate.

Fuentes parlamentarias explicaron que los partidos han llegado a un acuerdo para modificar la ley de la Sindicatura y que evite crisis similares en el futuro. La fórmula se basa en la propuesta presentada por los socialistas, que garantiza la independencia de la institución al establecer mecanismos internos de desempate si ningún síndico obtiene mayoría absoluta.

En la situación actual, la aplicación automática de estos mecanismos supondría con toda probabilidad la elección de Josep Maria Carreras, avalado por el PSC, como síndico mayor, lo que ha contribuido a retrasar la resolución de la crisis. Finalmente, todos los partidos han aceptado que esta fórmula rija para el futuro, pero se ha acordado una vía 'excepcional' para desbloquear la situación actual manteniendo como síndico mayor a un candidato avalado por CiU: para esta ocasión, el síndico mayor será nombrado por el Parlament por mayoría simple.

Opciones

Con este nuevo contexto legal, que previsiblemente entrará en vigor antes de que finalice el mes de abril, Marià Nicolàs se perfila como síndico mayor. Salvo que CiU logre un pacto bilateral con ERC o con el PP -lo que a la vista de los antecedentes se prevé harto difícil-, los nacionalistas necesitan al menos la abstención del PSC para asegurarse la elección por mayoría simple de su candidato, una condición que sólo cumple Nicolàs. Fuentes del grupo socialista explicaron ayer que el PSC ya ha hecho llegar a CiU su compromiso de abstenerse si el candidato es finalmente Nicolàs.

La opción de Nicolàs ha sido la última opción barajada por CiU para retener al frente de la Sindicatura a un miembro de su confianza tras ver cómo se quemaban sus dos apuestas iniciales. La primera fue la de Montserrat de Vehí, próxima a Unió Democràtica (UDC), que ocupó la plaza de Termes y el entorno de CiU la presentó de inmediato como síndica mayor in péctore. Esta promoción fue el origen de la rebelión interna de los síndicos de CiU y el PP, que se negaron a acatar las órdenes de los partidos y boicotearon la elección de De Vehí. Ésta fue derrotada en el pleno de la Sindicatura en más de 20 ocasiones ininterrumpidas, un currículo que a juicio de los socialistas la invalida ahora para ocupar el cargo.

La segunda opción de CiU fue tratar de dar continuidad al mandato interino de Xavier Vela como síndico mayor. Esta posibilidad, no obstante, es vista con reticencia por todos los partidos: Vela es el síndico más cercano al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y la izquierda lo ha acusado en varias ocasiones de congelar los informes que pueden perjudicar a CiU, como el que afecta al caso Pallerols. Además, la fiscalía ha abierto diligencias para investigar las gratificaciones extraordinarias que Vela concedió a su secretaria y que tres síndicos consideraron de dudosa legalidad.

Tras varios intentos infructuosos de Vela, CiU lanzó a la arena su última carta, la de menos perfil político -Marià Nicolàs-, quien ya ha acumulado también algunas derrotas en el pleno de la Sindicatura, aunque muchas menos que De Vehí.