'La televisión es angustiosa, y no nos gusta sufrir'
Ha llovido desde que Faemino y Cansado se pegaban con Pablo Carbonell y Pedro Reyes por los bancos del madrileño parque del Retiro para actuar. Ahora son famosos y, 'menos diseñar una silla', han hecho de todo: teatro, calle, televisión, radio, Internet. Después de 22 años juntos, el dúo humorístico presenta ahora un libro que recoge algunos de los 'férreos guiones' que interpretan para el público, sin que se note, en el teatro: absurdos, esperpénticos, siempre agudos y con carga de profundidad a veces. Siempre perdiendo (Aguilar) se titula el libro y el espectáculo de su última gira, grabado en un vídeo, que venden juntos.
En el libro no se ven los gestos de los humoristas, ni se les oye, pero los textos funcionan como guiones teatrales y arrancan una sonrisa, incluso a ellos: 'Manda huevos'.
El cine es su próxima parada. 'Nos gustaría una tribal, con nuestros allegados, el padre de Carlos, mis hijos, los primos', imagina Cansado. 'La peli, cuanto antes', remata Faemino, y pasa la gorra: 'Que una sala nos deje estrenarla y pedir la voluntad; bueno, un euro mínimo'.
El dúo madrileño asegura que no ejerce fuera de los escenarios; el humor lo reservan para sus actuaciones, que les sirven de 'terapia'. 'Un masaje pa tol cuerpo'.
Fuera del escenario está la radio, 'maravillosa, relajada para hacer humor'; y la tele, 'angustiosa'. 'En la televisión se ponen a grabar y dicen: 'Que no se ría nadie'. ¡Y eso es un silencio! Y mucha tensión, lo pasamos mal, no nos gusta sufrir'. Aunque reconocen que es un buen escaparate y les gustaría difundir sus trabajos en televisión o en vídeos. El escenario es otra cosa. 'Nos gusta estar en petit comité, que la gente te vea; en una plaza de toros no te ven', explica Faemino. De todas formas, 'la dignidad del artista no está en dónde lo hagas, sino en cómo lo hagas', zanjan ambos.
Carlos Arroyo y Javier Cansado han arrancado risas con guiones basados en el cine, en la música, en las matemáticas, ¡en la ciencia! Un planteamiento alejado de los contadores de chistes y de los imitadores, 'que en principio era un obstáculo, pero que se ha convertido en una virtud'. Faemino y Cansado son hijos de los ochenta, 'de la movida, de la parte urbana del humor'; y hermanos de 'Carbonell, Pedro Reyes, Wyoming, Virtudes, Gomaespuma. Por trabajo y por edad', afirma Cansado.
El humor, dicen, no se aprende, ni tampoco el sentido del humor, pero ellos enseñaron a reírse a la gente con una imitación de las casas colgadas de Cuenca, por ejemplo. Y pasaron del Retiro a la televisión. Les tocó vivir 'el boom del humor, como ahora hay el boom de la prensa del corazón. Hoy ya no tienen cabida otros planteamientos, los caminos están cercenados', lamenta Cansado.
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