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Tribuna:DEBATE
Tribuna
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Envidia de Cataluña

Se imaginan por un momento que en la Comunidad Valencia se pudieran leer cosas como ésta: 'El conseller de Politica Territorial i Obres Publiques se ha reunido con los miembros del Grup d'Infraestructures, el llamado GTI-4 [Fomento del Trabajo, Cercle d'Economia, Cambra de Comerç y RACC] en busca de su apoyo...'. Sería autentica Valencia fiction. En concreto, esta llamada al frente común, de políticos y sociedad civil catalana, tiene que ver con los problemas surgidos para conectar el AVE con el aeropuerto de El Prat. Barcelona sabe que España da, como mucho, para dos grandes hubs aeroportuarios y por ello, entra en legítima competencia con Madrid. Valencia, estando fuera de esta competición aérea, no debería sentirse ajena al resultado final.

Barcelona sabe que el AVE es su gran baza frente a Barajas, donde no llegará la alta velocidad; se quiere repetir el éxito del aeropuerto de Roissy, en París, convertido en un gran centro de actividad aeronáutica, en detrimento de Bruselas o Lyón, que han visto cómo las líneas del Thalys y el TGV Duplex llevan a sus pasajeros al aeródromo parisino. El Prat necesita este enlace tanto para ampliar su capacidad como para extender su radio de acción a las ciudades del entorno regional, desde Zaragoza hasta Montpellier, que, con el nuevo ferrocarril, estarán a apenas unas horas de sus terminales.

¿Qué opina Valencia de esta oportunidad? Silencio absoluto. ¿Madrid dirá? Desgraciadamente, la falta de solidez de los planteamientos que, desde Valencia, llegan a los centros de decisión, está poniendo en peligro nuestro futuro: la nueva línea directa a Madrid por Cuenca se aleja en el tiempo hasta ser presupuestariamente invisible; el eje ferroviario desde Alicante a Barcelona se consolida como un puzzle incomprensible, para alegría de los defensores del coche; el enlace con Albacete se convierte en la obra prioritaria del GIF, consagrando así el actual itinerario para acceder a Madrid; el aeropuerto de Castellón ha recibido la bendición final de Álvarez Cascos en contra de todos los informes de coste/beneficio, exceptuados los relacionados con las recalificaciones de terrenos.

El pacto de Murcia, organizado por el dúo Bono-Zaplana, fue una de las falsas promesas más dolorosas que ha sufrido nuestra Comunidad. Sin embargo, ninguna reacción se ha oído por parte de la sociedad civil valenciana. Hoy toca un nuevo homenaje a Cataluña, en forma de una sana envidia.

Gregorio Martín es director del Instituto de Robótica de la Universidad de Valencia.

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