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Reportaje:

El mejor cañonero de la Liga

Camacho apuesta por Tiko, alumno aventajado del maestro Matthäus

Un día antes de que Camacho le incluyera en la selección española para el partido amistoso contra Holanda, Heynckes equiparaba los lanzamientos de Tiko (Pamplona, 25 años) con los de Matthäus, santo y seña del fútbol mundial para el técnico del Athletic. 'Ponía el balón donde quería y lo hacía con potencia, sin dejarlo tocado'. Siendo así, Tiko sería el alumno más aventajado del alemán. El pasado domingo resumió esas virtudes en dos acciones ante el Alavés: primero, clavó el balón en la escuadra en un libre directo, su especialidad; más tarde, lo puso, colocado y potente, en la cabeza de Urzaiz.

Su compañero Carlos García recordaba hace tiempo la dificultad de los futbolistas para defender su marco en los saques de esquina: 'Hoy en día no se centra desde el banderín; se lanzan obuses, que vienen envenenados y sin capacidad de reacción. No hay más que ver a Tiko cuando saca un córner'.

Tiko -apócope de su apodo infantil, Robertico- se ha hecho un hombre en el fútbol gracias a su ilustre pegada con las dos piernas. No marca ni muchos ni pocos goles -hasta ahora nunca había conseguido más de cuatro en una temporada-, pero este curso ha afinado la puntería hasta conseguir siete en la Liga y cuatro en la Copa. Pero Tiko no marca goles insulsos: la belleza predomina en sus acciones hasta haberse convertido en el mejor lanzador de faltas del campeonato español. Las inmediaciones del área son su territorio habitual; la escuadra, su objetivo principal. De los once, sólo dos goles fueron la consecuencia de eso que en el fútbol se llama empujar el balón. Los otros nueve han limpiado las telarañas de la portería en un visto y no visto, sin opción para el portero.

Tiko, fichado a Osasuna por Luis Fernández, en 1999, ha protagonizado algunos cambios del equipo bilbaíno. Por ejemplo, el Athletic ha pasado, de una temporada a otra, de ser el peor equipo en jugadas de estrategia a convertirse en el más terrible enemigo a balón parado. Víctor Fernández, el entrenador del Celta -próximo rival del Athletic-, reconocía que su equipo deberá ser precavido con las faltas al borde del área. Los disparos de Tiko casi nunca chocan contra la barrera ni salen muy desviados de la portería. Se diría que juega con un margen de diez centímetros para superar la barrera y buscar la escuadra.

Camacho no ha ocultado los motivos de su convocatoria: 'Tiko nos aporta cosas nuevas, como hacer un gol de libre directo. En la actualidad, muchos partidos se solucionan con una falta y él es un especialista'. Heynckes es de la misma opinión. Le ha dosificado -no fue titular hasta la décima jornada- y no le ha conferido jerarquía en el equipo hasta bien avanzado el campeonato. Tácticamente, le ha utilizado como exterior derecho aun sabiendo que la banda constriñe sus posibilidades -es un medio punta claro-, porque lo que realmente le importa es que esté en el campo y aproveche sus dos jugadas favoritas: el libre directo y el disparo tras recortar al defensor porque su manejo de las dos piernas le otorga capacidad de sorpresa.

Tiko nació cañonero y se está haciendo futbolista. Superó una grave lesión cuando despuntaba en Osasuna y certificó su fortaleza psicológica. Ahora los elogios le han puesto a prueba y su respuesta parece satisfactoria. Sabe que en el juego colectivo está su déficit. Heynckes le ha recomendado que siga un tiempo más con él en el Athletic antes de plantearse el salto a otro equipo. Su cláusula de rescisión (12 millones de euros) es una tentación permanente. Camacho asegura que quiere ver si algunos jugadores pueden dar la talla en el Mundial. Es su caso. Pero a Tiko le van las emociones fuertes: de sus siete goles en la Liga, cinco se los endosó a la Real y al Alavés. Con Osasuna, su ex equipo, tuvo piedad. Pero queda un partido.

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