Joaquín Lara presenta en una sala de Vitoria sus pinturas bastardas

Joaquín Lara presenta en la sala Zuloa de Vitoria su última serie de cuadros que, bajo el título de Horror vacui (pinturas bastardas), trata de ofrecer una mirada provocadora a las técnicas tradicionales de la pintura. En su obra reciente, no sólo no respeta las divisiones entre el óleo, el acrílico o la acuarela, sino que tampoco apuesta por ningún tipo de figuración ni de armonías cromáticas.

Es más, Lara rechaza cualquier apuesta por la composición en fondo y superficie. En lo que pretende ser imitación de los abstractos americanos, su trabajo trata de recuperar lo que queda del caos en el que sumerge a sus obras. Son restos de un naufragio en el que no tiene por qué ofrecerse ningún resultado perdurable. 'Muchas de mis obras las acabo destruyendo, porque entiendo que han llegado a su fin; es decir, que lo que presento en esta exposición se podría decir que está en proceso', comentó el pintor.

Sin jerarquía

El escultor Imanol Marrodán, que presentó la exposición, destacó que 'se puede hacer una pintura contemporánea acorde con el tiempo que estamos viviendo', en lo que era una reivindicación de esta práctica artística, abandonada en parte por la creación actual. Las obras de Joaquín Lara tienen distintos formatos, pero todas ellas muestran un rechazo claro al trabajo pictórico tradicional, en el fondo y en la forma.

Para su creación ha partido de 'la mezcla de técnicas espurias que se interfieren colapsando el medio y el mensaje', en palabras del propio artista quien destaca cómo sus cuadros no tienen ninguna jerarquía, es decir, ninguna referencia dominante que decida la disposición de la obra.

El resultado es una mezcla de colores y pigmentos, con escaso respeto -intencionado, según el propio Lara- por los matices y las combinaciones, sin ninguna profundidad matérica, y que necesita para su comprensión relativa de la aportación teórica que ofrece el artista en la hoja informativa de la exposición.