Presos en huelga
Cuando nos informamos de situaciones límites, desagradables, nos gusta imaginarlas fuera de nuestro entorno más habitual o cercano. De esta manera asistimos a esa realidad pero en segundo plano, como meros observadores anestesiados.
Esto es lo que suele ocurrir con el tema de las prisiones. Es un tema desconocido y tabú, tanto en la sociedad en general como en los medios de comunicación, de manera que esta situación confluye con el deseo de los distintos gobiernos de situar las cárceles apartadas de las ciudades y ubicadas en zonas sin nada en kilómetros cuadrados a la redonda. Centros penitenciarios lejanos y olvidados por la sociedad.
La realidad de las cárceles, pues, se nos escapa a la inmensa mayoría. Esa realidad queda para las familias, para los organismos de Derechos Humanos y los grupos de apoyo a las personas presas. Unas instituciones que, según las leyes, deben reinsertar y dar oportunidades a aquellos a los que la sociedad no ha sabido o podido incorporar a su democrático seno. Algo tan importante y de lo que no tenemos la menor información. Paradójico cuando menos.
La realidad es que los presos comunes españoles se encuentran en huelga de hambre no continua, en huelga de patio y de chapeo desde hace más de un año. Piden el fin de los aislamientos y del inhumano régimen FIES, la excarcelación de los enfermos incurables, el fin de la dispersión y la excarcelación de los que tienen cumplidas las tres cuartas partes de la condena. Todas estas peticiones están recogidas en la legislación... ¡pero no se cumplen! Por ello, desde el día 12 hasta el 19 de marzo, hay decenas de personas realizando huelga de hambre en cárceles de todo el Estados español.
Todas estas huelgas son un llamamiento a la sociedad de unas personas que sólo piden que se cumplan las leyes. Si ellos se las saltaron y por ello están encerrados durante años, ¿cómo podemos pedirles que crean en el sistema si éste no cumple lo que exige a los demás? Las personas presas están en lucha en nuestro país y nosotros/as sin enterarnos. ¿Por qué será?-
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