_
_
_
_
Reportaje:COYUNTURA INTERNACIONAL

Más de un ojo de la cara

El crecimiento económico israelí retrocedió un 0,5% en 2001

Los peores augurios se han cumplido. La segunda Intifada contra el Estado de Israel se ha saldado con pérdidas millonarias para la economía hebrea, pero con, incluso, más retrocesos en el territorio de la ANP, el polémico Estado palestino. Así, como comentan los expertos, si la crisis le ha costado un ojo a Israel, los palestinos se han dejado los dos ojos de la cara en esta recesión.

La crisis sufrida por Estados Unidos en la primera parte de 2001, y que se vio agravada tras los atentados terroristas del 11 de septiembre, se ha trasladado al escenario israelí. Y es que la economía hebrea siempre ha dependido fuertemente de la norteamericana. Pero ésa no es la única ni la principal explicación para que el pasado ejercicio haya alcanzado el dudoso honor de ser el peor para la economía de Israel desde la crisis de 1953, cuando el producto interior bruto (PIB) descendió un 1,4%, especialmente debido a la recepción de centenares de miles de inmigrantes.

Ahora la economía israelí no depende tanto de la norteamericana. Su calvario tiene origen en la Intifada palestina, que ha cortado de raíz ingresos tradicionalmente básicos como el turismo (-3.000 millones de dólares) y el disfrute de una mano de obra barata, la de los palestinos, más de 100.000, que se ven imposibilitados de acudir a sus empleos en territorio israelí.

El Banco de Israel valora el costo inicial de la Intifada en 13.000 millones de shékels (unos 3.350 millones de euros), el equivalente al 4% de la producción privada total. Y eso sin tener en cuenta el impacto sobre las inversiones extranjeras y en el consumo privado.

Así, en 2001 el PIB ha caído el 0,5% -un 7,2% en el cuarto trimestre-, frente a un aumento del 6,4% en el conjunto de 2000. Pero si se tiene en cuenta el aumento de la población (2,4%), el descenso del PIB ha alcanzado el 2,9%, y hasta el 7,4% si sólo se tiene en cuenta la segunda mitad del ejercicio 2001.

Los últimos datos de la Oficina Central de Estadísticas (CBS) son todo un poema: los negocios han descendido el 2,1%, la industria el 4,8% y la construccción un 10,5%, mientras que las inversiones en bienes duraderos han perdido un 8,9% y en vivienda han retrocedido el 15,8%. Las exportaciones de productos y servicios, por su parte, se han anotado una caída del 13,1%, a pesar de la depreciación del shékel, la moneda nacional.

Desplome tecnológico

Y a ello hay que sumar el desplome de las industrias tecnológicas a nivel mundial y que, en el caso israelí, se ha saldado con un descenso del 24% en la producción. Lógica consecuencia de esta radiografía es que el paro afectaba al 10,2% de la población activa al finalizar 2001.

El déficit presupuestario, por su parte, podría alcanzar el 4,5% del PIB, y ello a pesar de sustanciales recortes en los gastos públicos en los próximo presupuestos, que están siendo testigos de una inusual pelea entre los distintos partidos que forman el actual Ejecutivo.

Pero la economía de los territorios administrados por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) no ha salido mejor librada: las exportaciones israelíes a esos territorios cayeron 2.100 millones de shékels (unos 540 millones de euros) y los ingresos por IVA un 45,7%. El enviado especial de la ONU para Oriente Medio, Terje Larsen, ha evaluado entre 2.400 y 3.200 millones de dólares (entre 2.800 y 3.720 millones de euros) las pérdidas originadas por la Intifada, mientras que el desempleo ha subido al 35% en Cisjordania y al 50% en Gaza, con lo que el 46% de los tres millones de palestinos de ambas zonas vive en la pobreza.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_