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Mortier cree que hay que luchar contra los gustos del gran público

Para el director, 'Katia Kabanova' ataca la sociedad de consumo

Amante de la controversia, Gérard Mortier sigue siendo, con sus exquisitos modales y su fina ironía, el más elegante agitador cultural de la escena musical europea. El director belga, que hoy asistirá en el Liceo al estreno español del montaje salzburgués de Katia Kabanova, de Janáceck, defendió ayer su modelo de gestión cultural. 'Estoy contra los gustos del público conservador que acude a los teatros a consumir ópera', afirmó.

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Tras una década al frente del Festival de Salzburgo, Mortier ahora dirige la Trienal del Rhur en Alemania y ha sido nombrado director delegado de la Ópera de París, cuya dirección general asumirá en 2004, una vez que concluya el actual mandato de Hughes Gall. Invitado por la asociación Amics del Liceu, Mortier protagonizó ayer en el teatro barcelonés, acompañado por el crítico musical de EL PAÍS Juan Ángel Vela del Campo, una mesa redonda sobre la ópera de Janácek que, desde hoy y hasta el 27 de marzo, podrá verse en el Liceo en la radical e inquietante puesta en escena del director suizo Christoph Marthaler, estrenada en 1998 en el Festival de Salzurgo. 'La obra de Jánacek y su puesta en escena es un ataque a la sociedad de consumo', comenta Mortier. 'No buscamos la provocación, sino la reflexión en el público ante el mensaje una ópera que muestra la grandeza y la miseria del comportamiento humano'.

Con una reveladora sonrisa, Mortier dio ayer una nueva muestra de su célebre habilidad para la polémica al destacar la oportunidad que brinda la ópera de Janácek para reflexionar sobre la condición humana en plena celebración de la cumbre de Barcelona. 'Es una casualidad que todos los líderes políticos europeos se encuentren en Barcelona y el Liceo presente una obra que plasma la gran tragedia de un personaje, Katia Kabanova, que muere buscando la libertad. Decide suicidarse para liberarse, pero la mata la sociedad'.

Para el indomable gestor artístico, hay que redefinir el sentido y los objetivos de los teatros de ópera y festivales: 'Hay que decir basta a las reglas de juego que impone la sociedad de consumo cuando tenemos millones de personas que sufren la pobreza y no pueden participar en un modelo de sociedad que no es para ellos'.

Violencia y opresión

El montaje de Katia Kabanova plasma con crudeza el asfixiante clima de violencia y opresión en un desolador patio de vecinos de un distrito suburbial de Brno a finales de los sesenta. El montaje levantó pasiones enconadas en Salzburgo, siendo recibido entre gritos de entusiasmo y abucheos de indignación. 'La ópera debe mover a la reflexión, y uno de nuestros máximos retos es lograr que el público descubra nuevas ideas, que medite sobre las obras que ve y escucha. Hay que decir basta al público que siempre quiere ver el mismo repertorio'.

El público del Liceo podrá ver la misma producción estrenada en Salzburgo, con un equipo artístico dirigido musicalmente por Sylvain Cambreling en el que figuran la mayoría de cantantes que estrenaron el montaje: Angela Denocke en el papel de Katia, Jane Henschel, Dagmar Pecková y Rainer Trost. El papel de Borís será interpretado por Peter Straka y en algunas de las seis funciones programadas Elisabete Matos asumirá el papel principal.

Tras llevar las riendas del Festival de Salzburgo desde 1992 hasta 2001, actualmente Mortier disfruta de una beca de un año de la Academia de las Ciencias en Berlín y tiene un compromiso de tres años, de 2002 a 2004, para impulsar un festival interdisciplinar en la cuenca del Ruhr, en Alemania. La primera ópera que se presentará este verano es Don Giovanni, con la soprano navarra María Bayo como doña Ana, y cuenta con el mismo equipo escénico -Grüber, Eduardo Arroyo- que montó la ópera con la que debutó en Salzburgo, Desde la casa de los muertos, también de Janácek. 'Adoro sus obras', defiende Mortier, 'porque analizan la naturaleza humana, sus virtudes y sus defectos, y siempre encuentra la grandeza de las personas aunque sea en las más desoladoras circunstancias'.

Mortier aseguró que en su gestión en el festival alemán y en París seguirá contando con artistas españoles. 'En la primera edición de la Trienal cuento con Maria Bayo, Eduardo Arroyo y Agustín Ibarrola, y he encargado a La Fura dels Baus una nueva producción de La flauta mágica, de Mozart, que se estrenará el año que viene'.

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