Generalizar
El día 13 de abril de 2002 he contemplado perpleja cómo el Ejército de Israel invadía y ocupaba los territorios palestinos sin respetar siquiera al servicio médico ni a la prensa.
Es una situación que no creí jamás que pudiera ocurrir, y que me preocupa en gran medida, ya que en el viaje que hice a aquel país en el verano de 2000 la situación que me encontré fue algo completamente distinta a la que ahora se ve desde la pantalla de mi televisor.
Era una situación de tranquilidad, donde la gente deseaba la paz y la rápida solución de un conflicto que llevaba y lleva mucho tiempo enturbiando la paz de todos, tanto israelíes como palestinos.
En ese viaje conocí a mucha gente israelí de mi edad (tengo 20) que tenían que hacer el servicio militar obligatorio que dura tres años. Son (porque quiero creer que todavía son) personas como cualquiera de nosotros, con afán de vivir tranquilos y en paz, con deseos y esperanzas y que, aun obligados a portar armas, serían incapaces de matar.
Quiero creer que esta situación actual es ajena a aquellos que conocí, aunque sé que me miento, pero necesito pensar que no ha sido por su deseo ni por su responsabilidad que toda esta Intifada ha derivado en el caos que ahora reina. Sé que por mis declaraciones tendré muchos detractores y defensores de la causa palestina, a quienes respeto en gran medida, como a cualquier otro ser humano.
Mi carta sólo es para pedir que no se juzgue a todos por igual, que no todos los israelíes por ser de Israel son antipalestinos, al igual que no todos los vascos/españoles son etarras por ser del País Vasco/España.
