El BID pide a Latinoamérica que sanee con urgencia sus finanzas

Los Gobiernos de América Latina y el Caribe necesitan sanear con urgencia sus sistemas financieros para evitar que las crisis sigan hipotecando el futuro de la región, afirmó ayer el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias. 'Más que nunca se necesita ahora el saneamiento del sistema financiero [en América Latina], para, a partir de ahí, tener muy buenos sistemas reguladores y buenas instituciones de supervisión', dijo Iglesias tras la clausura de la 43ª Asamblea Anual del BID, celebrada en la ciudad brasileña de Fortaleza.

'Hay algo que, desgraciadamente, hemos aprendido de las crisis en América Latina y es que éstas son tremendamente costosas y que hipotecan el futuro de los países por muchos años', subrayó Iglesias. En el discurso de clausura de la asamblea, el presidente del BID destacó que 'América Latina está atravesando momentos preocupantes', pero también admitió que, 'en los últimos diez años, la región sí avanzó en aspectos fundamentales, pues, de lo contrario, una crisis como la actual hubiera tenido consecuencias catastróficas'.

Estancamiento

La desaceleración de la economía mundial, en especial de EE UU, la Unión Europea y Japón, unida a la caída de los precios de las materias primas y a los efectos de la crisis argentina y de los atentados del 11 de septiembre han sumido a la región en una situación de casi estancamiento económico, del que el BID prevé que se empiece a recuperar en 2003.

Iglesias subrayó que mientras en la última década la región alcanzó una modernización política y de gestión de la macroeconomía, 'aún hay que resolver el problema de la deuda social'. Mencionó el compromiso que se fijó la comunidad internacional de reducir la pobreza a la mitad en 2015 y consideró que un foro adecuado para analizar el logro de esa meta será la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Financiación al Desarrollo, que se celebrará en Monterrey (norte de México). Esa Conferencia reunirá la próxima semana a 50 jefes de Estado y de Gobierno con el objetivo de introducir los temas de desarrollo en la agenda internacional.