De los misiles de Génova al despliegue del Prat
Las medidas previstas por el Gobierno español para garantizar la seguridad durante la cumbre de la UE en Barcelona recuerdan al ingente despliegue policial de la cumbre del G-8 celebrada en Génova en junio del año pasado.
En aquella ocasión, el Gobierno de Berlusconi instaló una batería de misiles tierra-aire Spada, como los empleados en la guerra de Kosovo, para proteger el aeropuerto de la ciudad, activó radares y satélites, desplegó a 20.000 policías, alojó a los gobernantes en un barco anclado en el puerto, selló las alcantarillas y dividió la ciudad en zonas de seguridad.
Ésta última medida fue la más criticada dentro y fuera de Italia. La zona roja, un núcleo de cuatro kilómetros cuadrados en torno al lugar de la cumbre, reservado a los líderes políticos, gozó de una extraordinaria tranquilidad, pero más allá de las murallas de malla metálica que la protegía, la ciudad se convirtió en una batalla campal. El Gobierno español tratará de evitar resultados como los de Génova, donde un manifestante murió por disparos de la policía y otros cientos resultaron heridos.
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