Las estadísticas del Vírgen del Rocío
Escribo esta carta para dar a conocer el funcionamiento del servicio de urgencias del hospital Virgen del Rocío, según mi experiencia, después de leer en la prensa el balance positivo de 2001 que de dicho centro sanitario hizo su gerente, según el cual el porcentaje de urgencias resueltas sin hospitalización fue del 88,7%.
El 10 de enero, sobre las 20.00 horas, mi madre fue llevada a urgencias por el 061 en estado agónico; desde el primer momento los médicos insistieron en que volviéramos con ella a casa. Las dos horas que permaneció allí estuvo monitorizada en una camilla y con el goteo cerrado por ellos. Nos dijeron que allí no podía permanecer por falta de camas, asunto que pongo en duda. ¿Sería que contaba con 84 años, estaba muriéndose y no tenía derecho a hacerlo en una cama? Al negarnos a llevarla a casa nos propusieron un traslado a otro hospital, a lo que accedimos.
En minutos fue organizado el cambio de centro en unas condiciones más que deficientes: cubierta únicamente con una sábana, en ambulancia sólo con el conductor y sufriendo su tercer traslado de camilla en este espacio de tiempo. Al llegar al hospital Duque del Infantado tuvo un vómito y como consecuencia de ello, hizo una aspiración, agravándose su estado. Estuvo agonizando durante nueve horas, asfixiándose.
¿Se podría haber evitado el sufrimiento en sus últimas horas si hubiese permanecido en el hospital general? ¿Con esta política de quitarse el muerto de encima, las estadísticas del Virgen del Rocío arrojan resultados tan positivos?
Mi agradecimiento al personal del 061 por su humanidad, al padre Ovidio que le administró los últimos sacramentos, y a todo el personal del Duque del Infantado, especialmente al doctor Marco y la enfermera Juani, que estuvieron atendiéndola toda la noche, ayudándola a morir dignamente gracias al tratamiento que recibió, a pesar de que sabían que éstas eran sus últimas horas.
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