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Reportaje:

Un año por matar al agresor de su hijo

Un jurado pone en libertad al vecino de Mont-roig que mató a un belga tras una disputa entre los hijos

El jurado popular que ha juzgado a José María Hinarejos, vecino de Miami Playa de 42 años, por haber dado muerte a un belga tras una disputa entre sendos hijos por un asiento del autobús escolar, dictaminó ayer que los hechos, ocurridos hace dos años, se correspondían a un homicidio imprudente y no a un asesinato, como sostenía la fiscalía. El jurado considera que el acusado, que se enfrentaba a una pena de 19 años de prisión, no tenía intención de matar a Jean Pierre Desloges y que el disparo que acabó con su vida fue accidental y fortuito, por lo que el fiscal tuvo que rebajar la petición de pena a un año y nueve meses de prisión, que ya ha cumplido.

José María Hinarejos ha recibido durante el juicio el apoyo incondicional de medio centenar de vecinos y ha conseguido incluso que el director de la prisión de Tarragona, Santiago Martínez Cadarso, haya testificado sobre su buena conducta, algo que no había hecho en favor de ningún preso en sus 20 años de profesión. Los agentes de la Guardia Civil que lo detuvieron resaltaron su inmediato arrepentimiento.

El jurado considera que Hinarejos cometió un homicidio por imprudencia llevado por la rabia que le produjo enterarse de que su hijo, de 15 años, había sido agredido por Desloges en su propio domicilio. Desloges había ido a reprender al chico por la disputa que éste había tenido con su hijo en el autobús. Al saber que su hijo había sido agredido en su propia casa, Hinarejos cogió la escopeta y fue a casa del belga lleno de ira.

El acusado aseguró que el día de los hechos no recordaba ni haber cogido la escopeta ni cómo llegó a efectuar los disparos contra la casa de Desloges, uno de los cuales traspasó la puerta y dio en la garganta del belga, causándole la muerte instantánea.

El jurado cree que el acusado nunca tuvo intención de matar y da por válida su versión: que 'se volvió loco' cuando su hijo le dijo que había sido agredido; que sólo quería pegarle, como él había hecho con su hijo y que disparó, ofuscado por la rabia, porque el belga no quería salir de casa. 'Si hubiera salido, yo habría tirado la escopeta, eso seguro', declaró en el juicio.

El fiscal calificó los hechos de asesinato y pidió 17 años de prisión, más dos por allanamiento de morada. Marc Palmés, el abogado defensor, defendió que se trataba de un homicidio imprudente con atenuante de enajenación mental transitoria. Ésta es la tesis que ha prevalecido. Cuando el jurado dictó el veredicto, los vecinos que seguían el juicio irrumpieron en aplausos. Hinarejos quedó ayer en libertad.

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