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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Empleados públicos

Las organizaciones sindicales han topado con la justicia si habían puesto alguna esperanza en sacar algo de las demandas a favor del cobro de los atrasos salariales de los empleados públicos.

Políticos, sindicalistas, expertos, académicos y periodistas, vienen hablando de la crisis de representación corporativa. Desde finales de los 80 la actitud de la función pública no viene siendo especialmente reivindicativa cuando sus organizaciones convocan movilizaciones, situación de la que parecen escaparse puntualmente algunas corporaciones locales, organismos autóctonos y centros con gran concentración de personal y con sus dinámicas propias.

Por añadidura, la política ha logrado hacer de la virtud un vicio en el terreno de la función pública. Las enormes bolsas de empleo precario, temporales e interinos, existentes en todos los sectores y niveles de descentralización administrativa habrán contribuido a cubrir las necesidades de personal en los servicios que administra el poder; pero es legítimo pensar que han creado clientelas políticas, donde las administraciones locales son especialmente proclives, dando lugar a grupos de interés expectantes por su estabilidad en el empleo y los procedimientos de acceso más o menos rocambolescos como cuestión prioritaria frente a las estrategias conducentes a resolver los problemas de salarios, promoción y diferentes formas de acción social y condiciones de trabajo que preocupan al resto de las plantillas.

Es posible que los empleados de las Administraciones públicas y sus representantes no hayan dado con una respuesta a la estrategia de sus patronales, cuando tras la puesta en escena de la movilización se pasa a la negociación para no ceder ni un ápice sobre lo fundamental.

Hay que trabajar en la superación de la cultura individualista entre los empleados públicos, por un instrumento de acción colectiva organizada y constante en el tiempo, hasta sumar la mayoría de las voluntades en una intención de cambio bien definido y real, primero por prestigiar su labor y después por el reconocimiento de la misma. Esto no se hace de un día para otro. Un incremento de la afiliación en las distintas centrales y de la participación en las citas electorales a comités de empresa y juntas de personal serán buenos objetivos y un indicador del cambio de conciencia en el sector, luz verde para empezar a hablar de acciones legales mayores.

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