Los hermanos Valls destituyen al consejero delegado del Banco Popular por sorpresa

La comisión ejecutiva del Banco Popular relevó ayer en su puesto a Fulgencio García Cuéllar, consejero delegado de la entidad, cuyo cargo será ocupado por el actual director general de la red comercial del banco, Ángel Ron. El relevo de Cuéllar, que ha sido prejubilado con 54 años, se debe a una reorientación del negocio del banco que presiden los hermanos Valls Taberner, si bien la entidad no aclaró cuáles son las nuevas actividades a las que se quiere dedicar.

El relevo, que se llevará a cabo en marzo, fue comuncado ayer por el Banco Popular a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. En un escueto comunicado agradece a García Cuéllar 'la brillante gestión que ha llevado a cabo', que ha permitido a la entidad alcanzar 'altos índices de eficiencia y rentabilidad'. Fulgencio García Cuéllar abandona la entidad tras pilotar el banco durante tres años y dos meses. En diciembre de 1998 sustituyó a Ricardo Lacasa, que abandonó el banco tras divergencias con los copresidentes, Luis y Javier Valls.

La comisión ejecutiva del Popular considera que García Cuéllar ha permanecido al frente del banco 'ha concluido su misión' y añade que, pese al entorno cada vez más cambiante, el relevo 'puede afrontarse con las mayores garantías de crecimiento, fortaleza, eficiencia y rentabilidad'. Sin embargo, las divergencias estratégicas sobre el futuro de la entidad han podido estar detrás de la sopresiva marcha del consejero delegado, al que la dirección le comunicó que no contaba con su confianza.

Bajo la batuta de García Cuéllar el banco ha pasado de ganar 432 millones de euros a 565 millones, un 30,7% más. El activo ha aumentado un 27,7%, con lo que se ha diferenciado de sus competidores más directos, Banesto, Sabadell y Bankinter. Estas cifras permitieron que García Cuéllar afirmara, en enero pasado, que 'nuestra fórmula de crecer con rentabilidad ha sido un éxito'. En la presentación de resultados comentó que no se realizaría una operación de fusión 'por presiones externas, ahora la trayectoria de este banco es distinta'. A su juicio, era mejor 'cerrar una fusión antes que estar anunciándola'. García Cuéllar tomó esta determinación tras intentar sin éxito un acuerdo con el Sabadell y otras entidades medianas.

Sin embargo, en la carta de la memoria del banco, Luis Valls dice que 'el objetivo permanente e irrenunciable es correr más que los demás, porque una organización viva, como dice la sentencia clásica, o crece o muere'.