Cristales rotos

Ya sé que no sirve para nada, pero me siento tan indignada e impotente... Me han roto el cristal del coche por segunda vez en menos de un mes en pleno centro de Valencia. La primera vez me robaron un par de CD, la segunda, nada.

Cuando estaba limpiando los cristales, ha pasado un coche de la Policía Nacional y lo he parado. Ya sé que no sirve para nada, pero... Los policías me han explicado que no dan abasto. Que si los inmigrantes, que si no pueden vigilar todas las calles...

Bueno, he pensado, hace años no había tantos inmigrantes y también me rompían los cristales del coche. Ahora, desde hace unos meses, es igual que entonces. Vamos, que la situación está fatal.

Ya sé que no sirve de nada, pero he ido a presentar la denuncia a la misma comisaria de siempre. Había mugre en las puertas, los sillones estaban medio rotos; el aspecto era sucio...

La rabia se ha convertido en tristeza. Y ya sé que son cosas diferentes, pero me ha venido a la cabeza la imagen de Terra Mítica, tan limpia y nuevecita. Seguro que en ese mundo no pasan las cosas que pasan en las calles de Valencia. Al menos, espero que mi nuevo cristal me dure esta vez algo más de un mes. Pero tal como van las cosas, lo dudo.