Brasil ya no 'vende'

Desconfianza, escepticismo y temor en torno a la selección brasileña. Y en un sector determinado, el de los patrocinadores, los publicistas y las televisiones, lo que se siente además es desaliento y preocupación. Falta brillo, talento y resultados en el equipo, falta entre los jugadores alguien con carisma. Cuando se trata de un mercado que movilizará, sólo durante la Copa del Mundo, 400 millones de dólares, es fácil entender el desespero de esos profesionales.

A poco más de tres meses de la cita mundialista, las agencias de publicidad no saben cómo crear las campañas de los grandes patrocinadores. Nadie acepta poner todas sus fichas en una única apuesta, la Selección. El brasileño medio suele ser un iracundo crítico, pero se entusiasma con la Copa, cuando recobra la confianza en aquéllos a los que antes demolía. No obstante, nunca el escepticismo ha sido tan agudo.

La selección que representa a las ganadoras de los Mundiales de 1958, 1962, 1970 y 1994 no tiene el carisma y la magia de antes. Hoy se considera que el manto sagrado, la camiseta amarilla, supone demasiado riesgo económico. Scolari, su técnico, la ha transformado en un ejemplo de antimarketing.

Entre los jugadores el escenario aún es más desolador. Tanto que uno de los mayores aliados, la marca Coca-Cola, eligió como figura central de su campaña a Romario, que ni siquiera ha sido confirmado por Scolari para la Copa. Entonces, a Coca Cola no le quedó otro remedio que asociar su imagen a la de la historia, a Pelé.

Brahma, una cerveza que obtuvo una gran penetración al contar en 1994 con Raí, Bebeto, Zinho y Romario, tiene a sus publicitarios enloquecidos. No saben a quién proponer como símbolo.

Con Ronaldo, a quien Scolari da por fijo, nadie se moja. Alejado de las canchas por sus recurrentes lesiones, no ha dejado de ser un fenómeno de marketing. Nike, que lo tiene bajo un contrato millonario, admite que estudia otras opciones: Roberto Carlos, Denilson y Ronaldinho Gaúcho. Pero sus estrategas admiten que ni juntos alcanzan la mitad del carisma del ex barcelonista. Y es que nadie niega que sólo hay dos grandes figuras: Romario y Ronaldo. Pero el primero no aparece en las listas de Scolari y el segundo sigue en dique seco.

La cadena televisiva Globo, que compró por 80 millones de dólares los derechos de transmisión del Mundial, no ha logrado vender las seis cuotas de 15 millones que ofreció al mercado. Coca-Cola, Volkswagen, el banco privado Itaú y la AMBEV no saben si ir por la selección o por un jugador.