El Athletic tira de sus especialistas

Andaba Jupp Heynckers sentencioso esta semana. El domingo dijo que su equipo sería creíble cuando ganara por más de un gol; el viernes lamentó la actitud negativa de una parte del periodismo respecto al caso Urzaiz -en pleno proceso de negociación para renovar su contrato- por presumir su suplencia y demás disquisiones sobre su futuro. A Heynckes le preocupa el fútbol, especialmente, y no le gusta ir mucho más allá, salvo algunas licencias idiomáticas y difusas interpretaciones de la ironía. Así, no es extraño que cuando Yeste se sacó el primer gol de la chistera, con una parábola que se tragó Nacho González, ni se inmutase: parecía que su equipo había recibido el gol en vez de conseguirlo.

Ni un gesto de alegría porque el Athletic estaba jugando mal: descolocado, técnicamente imperfecto, inofensivo, desconyuntado. Luego llegó Urzaiz y asistió a Etxeberria, y más tarde Tiko, en un nuevo ejemplo de derechazo, al lanzar un libre directo potente y colocado que quitó las telarañas de la portería y del estadio, que se abocaba al bostezo.

A falta de juego, la personalidad es el principal argumento del Athletic. Marcaron el técnico (Yeste), el listo (Etxeberria) y el poderoso (Tiko). En medio, un gol de penalti de Las Palmas. Lo marcó el portero. Nada más que decir del equipo canario.