_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Señorías, aguas mayores

Qué ocasión desperdició el vicepresidente del Consell, José Joaquín Ripoll: si en vez de alardear de cómo habían ganado la 'batalla del agua' y de pedir que 'decayera el debate', hubiera explicado que el trasvase además de regar las lechugas, cubría las necesidades de los campos de golf, de las piscinas privadas y del jacuzzi donde Marlene Mourreau se lubricó los bajos, habrían ganado hasta la guerra. Pero el PP se fingió encandilado con el espectáculo de la naumaquia, antes de caer en más tentaciones. Y eso que tenían a los socialistas valencianos si no desarmados, sí desvencijados y haciendo las tablas de la pluralidad en la pluralidad, es decir, haciéndose la puñeta los unos a los otros, como es de menester, y los dejaron ir con unas curitas de nada. Les falta audacia e imaginación. Les falta estrategia, pero cuando se ponen de estrategas -como cuando se ponen de espías- ni se percatan, y terminan con la tramoya al aire y desmantelando las venerables instituciones. Precisamente ellos, que tanto nos recomiendan un respeto reverencial, acaban pasándoselas por la entrepierna. Ahí está el vicepresidente Ripoll que cuando le soplaron que la enmienda Sornosa la servían en rodajas, y había perdido tirón, pretendió darle carpetazo al pleno: como hemos conseguido nuestros objetivos, ya está bien de tanto paripé, así que apaga y vámonos. Y Andrés Perelló estalló: esto pasará a los anales de la utilización partidista del Parlamento; y Joan Ribó denunció: instrumentalización: y Ximo Puig sentenció: montaje indigno. Y puede que sí. Puede que pase a los anales, puede que el Consell instrumentalizara las Cortes, y hasta puede que se perpetrara otro montaje indigno, ¿y qué? ¿cómo se escandalizan a estas alturas de la película? ¿es que aún no se han enterado de con quién se las están jugando? Los del PP, sin embargo, son expeditos y van a por todas: una vez ganada la 'batalla del agua' y propalado todo un delirante contubernio de deslealtades y delitos de lesa patria, posiblemente se hicieron un botellón de la aurora, muy aséptico y penitencial, por los mismos lugares por donde vivaquea la horda. Y qué orientación la de sus señorías conservadoras, por esos itinerarios.

De modo que mientras el PSOE se arma un lío, con el tira y afloja de sus barones, buscándole acomodo de urgencia al plan hidrológico, y EU lo rechaza, sin miramientos, la derecha se monta un tinglado a lo grande -el agua es un recurso, una necesidad y una decisión de forrarse mejor- y lo pone bajo la advocación de una aleluya electoral: un botijo, un voto. En esta comedia bárbara, un PP crispado arrima el agua al molino de sus bolsillo, y se calza, sin pudor ni legitimidad, la retórica de las descalificaciones, amenazas y venta de certificados de 'patriotas constitucionales', en un gesto de precedentes totalitarios. El PP, a pesar de los laureles demoscópicos que lo adornan, está muy gastado y no da para más gollerías. Le queda, en el mejor de los casos, la posibilidad de arrastrase unos años más. Nunca ha sido un monolito, sino un collage de especulaciónes, canonjías, sofismas y soflamas, chalaneos y fantasmadas. Pero conserva la herencia épica del Ebro. El trasvase de agua y votos. El Ebro es el granero y el PP su escopeta.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_