La relación de Lear con los hijos de Pujol desata una tormenta política

Los grupos políticos de la oposición consideraron ayer muy grave que dos hijos de Jordi Pujol -Josep Pujol Ferrusola y su hermano Oriol- estén relacionados con la resolución de la crisis de Lear que amenaza a un millar de trabajadores de la factoría ubicada en Cervera (Lleida). En el Parlamento de Cataluña se vivió ayer por la mañana un ambiente de crispación cuando el consejero de Industria, Antoni Subirà, respondió a las acusaciones de nepotismo de la oposición cuyos argumentos calificó de 'miserables'.

Lear contrató, para gestionar el cierre ordenado de la planta de Cervera, la consultora Europraxis, que desde finales del año pasado pertenece a Indra. Josep Pujol Ferrusola fue accionista de Europraxis y, en la actualidad, confiesa ser empleado de la firma, aunque desvinculado del capital. Otro hijo de Jordi Pujol, Oriol Pujol Ferrusola, es en la actualidad secretario general del Departamento de Industria, al que se dirigió Miguel Herrero Lasso, consejero delegado de Lear, para anunciar el cierre de la factoría.

'El Gobierno de la Generalitat ha mantendio contactos con Lear a lo largo del último año desde que se inició la crisis', según un portavoz de la empresa. El mismo portavoz afirmó ayer a este diario que los sindicatos también conocían perfectamente la situación. 'El pasado 17 de enero, Lear tomó la decisión de cerrar varias plantas en Europa y entre ellas la de Cervera en España', dijó el citado portavoz. En la misma fecha, el comité directivo para Europa de Lear decidió reforzar su centro en Valls (Tarragona), convirtiéndolo en una cabeza de puente tecnológica del sector auxiliar del automóvil y reforzó la apuesta por la factoría de Roquetes (Tarragona).

En el último año, los beneficios de Lear cayeron en un 68%. La plantilla de la fábrica de Cervera era de 2.200 trabajadores hace 14 meses y ha quedado reducida a 962 empleados, según precisaron ayer fuentes de la empresa. A lo largo de estos 14 meses el goteo en la plantilla de Lear ha sido constante, y 'tanto la Administración como los sindicatos conocían esta situación', según la empresa. Lear invirtió más de 10.000 millones de pesetas en la construcción de plantas y ampliación de capacidades en España en 1986. Aquel año, la empresa creó unos 5.000 puestos de trabajo en todo el país.