Una protesta antidroga deriva en incidentes racistas

Una manifestación contra la droga organizada por vecinos del barrio de Sales de Viladecans (Baix Llobregat) derivó anoche en un acto racista cuando un vecino clavó un cuchillo a un joven de origen magrebí. Los hechos sucedieron minutos antes de la manifestación, cuando el agresor, Valentín V. M., de 70 años, se peleó con unos jóvenes y clavó un cuchillo a uno de ellos. El herido tuvo que ser atendido en urgencias de heridas leves.

El incidente ocurrió poco antes de las siete de la tarde. Testigos presenciales explicaron que los jóvenes magrebíes se encontraban en la plaza de la Diversitat cuando un vecino les increpó. Al responder éstos a los insultos, Valentín V. M. mostró un cuchillo de grandes dimensiones que acabó clavando a uno de ellos. 'No fue muy aparatoso, pero esto demuestra la tensión que hay en el barrio', afirmaba Abdul, uno de los testigos presenciales. La policía detuvo al agresor por un delito de lesiones. Asimismo, fuentes policiales discreparon de la versión de los testigos consultados y afirmaron que la discusión comenzó cuando el grupo de jóvenes insultó al detenido.

'No se puede vivir así. Abrimos la mezquita hace más de 15 años y nunca ha pasado nada'

El incidente se enmarca en el clima de degradación de la convivencia que algunos de los vecinos atribuyen al incremento de la inmigración. Por ello, en la manifestación organizada ayer para protestar contra la venta de droga en el barrio algunos participantes lanzaron claras consignas racistas al asociar la presencia de magrebíes con la venta de estupefacientes. 'Protestamos contra la droga, pero también contra los moros, que se están adueñando del barrio', afirmaba una vecina.

La mezquita del barrio se ha convertido en otro elemento de discordia. La asociación cultural que la mantiene ha comprado un nuevo local para ampliar las instalaciones, pero un sector de los vecinos se opone tajantemente al proyecto. Así lo hacen notar con las pancartas que han colocado en el barrio, en las que manifiestan su rechazo a la ampliación del local. El imam de la mezquita se mostraba ayer pesimista. 'No se puede vivir así. Abrimos el local hace más de 15 años y nunca ha pasado nada. No entiendo por qué ahora hay tantos problemas con nosotros'.

Y la intranquilidad se ha hecho asfixiante. Las oraciones de anoche tuvieron que realizarse con tres de los fieles montando guardia ante la puerta por miedo a que la manifestación llegara hasta la mezquita. La policía local también vigiló las calles próximas a la mezquilta para evitar que los manifestantes, cerca de 500, se acercaran a la zona.

Una delegación de los vecinos del barrio de Sales se reunió anoche con el alcalde de Viladecans, Jaume Montfort, para buscar salidas al clima de tensión del barrio y evitar nuevos conflictos.