Carreras de naves gravitatorias

Al igual que sucede en Hollywood, a la industria del videojuego a veces parece que se le ha terminado la imaginación. Ello provoca que, en ocasiones, aparezcan entregas y más entregas de una misma saga. El efecto secuela se ve aumentado con la aparición de nuevas videoconsolas, excusa perfecta para lanzar la nueva versión del título que en su día fue suficientemente bueno y original como para engendrar una secuela. Los padres de las carreras de naves gravitatorias traen a PlayStation 2, tras unas cinco versiones en distintas consolas, toda la emoción de las carreras a 900 Km / h sobre unos hierros flotantes armados hasta las cejas que probablemente inspiraron las carreras de vainas del Episodio I de Star Wars.

El jugador podrá participar en cinco modalidades de juego en las que, por norma general, deberá conseguir la plaza más alta del podio si quiere llegar a ser alguien en la 2160 edición de la F9000 Anti Gravity Racing League. La principal peculiaridad es que los vehículos no tocan el suelo, con la consecuente pérdida de adherencia en las curvas. Los circuitos, siete en total, están diseñados expresamente para estas carreras y es habitual que las curvas posean mucho peralte o que existan loopings en mitad del trazado. Ahí no terminan las peculiaridades. Las naves pueden recoger armas y mejoras al pasar sobre su correspondiente icono de la calzada. Haciendo buen uso de las armas se pueden desbancar contrincantes a misilazo limpio o a base de láser de neutrones. Al principio existe poco arsenal, pero a medida que se completan ligas y se obtienen podios éste aumenta, como también lo hacen las naves y las variantes de cada circuito. Así los siete circuitos se convierten en 56 si se tienen en cuenta las cuatro variantes de cada uno y que también se pueden recorrer en dirección contraria.

El escudo de la nave es la parte más importante dado que en cuanto se gasta el aparato explotará al más mínimo roce. La forma de evitar el desgaste es, además de andarse con mucho cuidado, entrar en la zona de boxes. No se trata de un indigno sucesor, pero pese a ofrecer la misma jugabilidad que el Wipeout original, éste Fusion no logra batir el impacto que supuso el origen de la saga en cuanto a originalidad, gráficos, música y ambientación.