Sarrià de Ter se opone al trazado del AVE y pide el soterramiento como en Girona

El municipio de Sarrià de Ter (Gironès), colindante de Girona, se considera discriminado por el proyecto del AVE que el pasado lunes presentó el Ministerio de Fomento. El alcalde del municipio, Josep Turbau, anunció ayer que, si no llegan a buen puerto las negociaciones con Fomento, está dispuesto a llegar al procedimiento contencioso administrativo para conseguir hacer soterrar los dos kilómetros de vía férrea de alta velocidad que discurrirán por la población.

El alcalde confía en que durante los tres meses en los que se elaborará el estudio informativo del proyecto, el Ministerio de Fomento acepte las propuestas del municipio para reducir el impacto del trazado. Turbau considera que el AVE tendrá graves consecuencias medioambientales y paisajísticas si se ejecuta tal como está proyectado.

El secretario de Estado de Infraestructuras, Benigno Blanco, comunicó el pasado lunes a Turbau que se construirá un túnel de unos 600 metros al norte del trazado de la autopista A-7. Esta mejora, que no estaba prevista en el anteproyecto, fue considerada positiva por el alcalde, pero claramente insuficiente. Fomento se ha comprometido también a instalar pantallas acústicas en gran parte del recorrido para minimizar el ruido y la afectación paisajística.

El Ayuntamiento de Sarrià está dispuesto a luchar en tres frentes. En primer lugar mediante la negociación directa, después presentando su propuesta durante dos meses del periodo de alegaciones y, finalmente, si no prosperan sus iniciativas, mediante el procedimiento contencioso administrativo.

El municipio de Sarrià se considera uno de los más perjudicados por el trazado y pidió un frente común con otros municipios próximos como Girona, Salt o Vilablareix. La alcaldesa de Girona, Anna Pagans, expresó su deseo de que Sarrià consiga reducir el impacto ambiental del AVE. Girona mejorará en gran medida su entorno urbano con el nuevo proyecto: se derribará el actual viaducto de Renfe y se soterrará la vía convencional junto a la del AVE.

Turbau expresó también sus dudas ante la viabilidad económica del AVE y recordó que un estudio francés situaba los futuros usuarios de la línea en aquel lado de los Pirineos muy por debajo del umbral de rentabilidad.